El Juzgado de Instrucción número 2 de Las Palmas de Gran Canaria ha dictado un auto de procesamiento contra los seis implicados en el caso conocido como 18 Lovas, entre ellos el empresario hotelero Eustasio López, unas de las cien mayores fortunas de España (Forbes, 2019), a quien se atribuyen dos delitos de prostitución de menores.

El juzgado impone a los seis procesados, Agustín Alemán Barreto, alias Yino (el presunto cabecilla de la trama), Eugenio Hernández de León, Antonio Dascenzo, Domingo Hernández Tarajano, Emilio Cabrera Caballero y Eustasio López González, fianzas que suman en conjunto 1.263.900 euros.

En este caso, se investiga una red que presuntamente captaba a chicas menores de edad desde 2015 y, al menos, hasta la segunda mitad de 2016 a través de 18 Lovas, una agencia de azafatas, gogós o animadoras "con eventos en toda España", tras la que se escondía un negocio de prostitución de menores, según el auto de procesamiento que se ha hecho público este miércoles.

Al Yino, el presunto cabecilla de la trama, que aumentaba la comisión que se llevaban las presuntas víctimas si mantenían sexo con él, se le atribuyen dos delitos de agresión sexual, uno con penetración y otro con violencia, nueve de incitación a la prostitución de menores de edad, 14 de prostitución de menores y dos de trato degradante.

A Eugenio Hernández de León, el auto le imputa 15 delitos de prostitución de menores de edad, dos de ellos continuados y uno de incitación; a Emilio Cabrera Caballero, siete delitos de prostitución de menores; a Domingo Hernández Tarajano, cuatro delitos de prostitución de menores; a Eustasio López González, dos delitos de prostitución de menores; y a Antonio Dascenzo, un delito de prostitución de menor de edad.

Según el auto, el empresario hotelero, al que en la agencia 18 Lovas se referían como "el millonario", participó en 2016 en una fiesta organizada por Yino Alemán en un chalet de la zona de Ayagaures, en el sur de Gran Canaria, a la que también asistió el procesado Hernández León, y en la que dos de las víctimas menores de edad consumieron alcohol junto a otras ocho jóvenes adultas y se bañaron desnudas en una piscina.

El juez relata que, tras tocar y besar a las chicas en la piscina, tanto López como Hernández eligieron a las dos con las que querían mantener relaciones, "con pleno conocimiento de que era menores de edad o, al menos, con total indiferencia ante la posibilidad de que lo fuera".

A las diez chicas les ofrecieron inicialmente 50 euros a cada una, si bien en el lugar de la fiesta se renegoció la cantidad y se aumentó a 100 euros, con un extra si mantenían sexo.

Según el magistrado, el cabecilla de la trama captaba a jóvenes como máximo de 23 años a las que ofrecía trabajo de gogós y animadoras, y se aseguraba de obtener de ellas fotografías desnudas para poder coaccionarlas en caso de que sugieran desavenencias.

Además, las recogía y las llevaba para prestar sus servicios, si bien antes las conducía a una vivienda vacía, donde las chicas se cambiaban y bebían alcohol para animarse y, desde ahí, eran trasladadas al punto de encuentro con el cliente. En esa vivienda, el cabecilla mantenía relaciones con las que querían aumentar su comisión.

El juez considera que los procesados se prevalieron de la situación de vulnerabilidad de todas las víctimas, tanto por su minoría de edad como por la situación de falta de solidez familiar y referentes parentales.