Deslenguada, sincera, divertida. Icono trans y símbolo LGTBI cuando pocos daban la cara. Melodrámatica, "Ni puta ni santa" -como rezaban sus memorias, escritas con éxito por Valeria Vegas- su vida no pasó inadvertida, tampoco su muerte. El 9 de noviembre de 2016 España amanecía con la noticia: 'La Veneno' fallecía a los 52 años en el hospital de La Paz, en Madrid.

Tres días antes, Cristina Ortiz ingresó de urgencia con múltiples contusiones y un sinfín de dudas. Las hipótesis fueron accidente, suicidio y/o asesinato. Aunque el caso se cerró de forma fugaz, a los nueve días, apuntando al accidente, la familia de la vedette sigue defendiendo que fue asesinada. "No vamos a parar hasta que se sepa la verdad, ha afirmado Trini Ortiz, su hermana, a CASO ABIERTO, portal de sucesos e investigación de Prensa Ibérica. Tildan la investigación como una cadena de errores y de "muy extraño" todo el proceso.

El pasado mes de febrero, el juez archivó las investigaciones y descartó la existencia de un posible delito de homicidio. Se cerró la causa por la muerte de Cristina. "Recurrimos, y recurriremos. Las veces que haga falta. Iremos más alto. Iremos al de encima, y si dicen no, al de encima. Y si dicen no, al siguiente. Nosotros vamos a conseguir que se sepa como murió 'La Veneno'".

Cristina 'La Veneno' en una foto de archivo.

Un charco de sangre

A las once de la noche, los servicios de emergencia recibieron una llamada que alertaba de que una mujer se encontraba inconsciente en su domicilio. Las sirenas pararon en el madrileño barrio de Tetuán. Cuando llegaron, encontraron a Cristina Ortiz, 'La Veneno', inconsciente. En la bañera, un gran charco de sangre. A su lado estaba Alin Bogdan, su pareja desde hace casi tres años, y una vecina, que fue quien dio la alerta. 'La Veneno' era trasladada al hospital e intervenida de urgencia. Tenía un fuerte traumatismo craneoencefálico. Murió tres días después.

La versión oficial -policial, judicial y forense- siempre señaló que la vedette, presuntamente, habría mezclado alcohol y/otras sustancias aquella noche. La caída, accidental, le ocasionó un grave traumatismo craneal. Los médicos encontraron un fuerte edema (hinchazón) cerebral, por lo que fue necesario inducirle el coma. Tuvo que ser intervenida de urgencia.

El informe recogía que no existía en su cuerpo ninguna lesión de lucha o defensa que pudiera hacer pensar en un escenario violento. Fue la primera contradicción que enfrentó su familia, que, nada más llegar al hospital denunció que 'La Veneno' estaba repleta de hematomas y golpes por las piernas, los pies y la cabeza. Le hicieron fotos para probarlo.

"Era blanco y en botella", afirma su hermana. "Se le echaron las fotos porque estaba machacada", continúa. "¿Cómo me puedes decir que no hubo un episodio violento? Los golpes de la cabeza fueron como con un bate de béisbol. Que parece que pagaron a alguien para que le dieran dos golpes. Se aseguraron de que muriera. A Cristina le faltaba un trozo de cráneo", lamenta. Lanza una pregunta al aire: "¿Quién se ha beneficiado de su muerte? Hay que mirarlo, por lo general son siempre los primeros sospechosos". 

El informe oficial fue tajante: alcohol, somníferos, orfidales y un accidente casero. Aquellas conclusiones no les convencieron. "Tuvimos su cuerpo en un tanatorio, pagado por nosotros, esperando que llegara una segunda autopsia. No la hicieron".

'La Veneno', en la presentación de sus memorias

Nueve días y muchas hipótesis

La investigación fue fugaz. Bastaron nueve días para el primer cierre de un caso cuyo eco aún resuena. El 9 de noviembre 'La Veneno' fallecía. El día 18 ya se había firmado el archivo de las diligencias. “Todo el proceso se realizó de forma rápida y brusca dándose carpetazo en poco espacio de tiempo”, denuncian sus familiares en su petición abierta ahora change.org para pedir justicia para ella.

“Al día siguiente de fallecer yo me paso por su casa", cuenta Trini Ortiz. "¿Por qué no precintaron la vivienda mientras estaba en el hospital? Había sangre en el domicilio que no analizaron". La hermana de 'La Veneno' lanza otro interrogante: "cuando fallece, nos dan la ropa. ¿Qué ropa? Piensen. ¿Qué ropa? Si dicen que se ha caído al salir de la bañera, ¿por qué nos dan un vaquero y una camisa? ¿Con un vaquero sales tú de la bañera?". 

Todo se cerró de forma abrupta. La familia considera que “la rapidez, seguramente, ha permitido que queden muchos hilos sueltos. "Las incongruencias incitan a pensar en la superficialidad con que se trataron las diligencias e incluso una posible influencia negativa por su condición sexual”.

Alin, 'el rumano'

Que fuera el último que la viera le colocó en el punto de mira. Las contradicciones con el resto de personas que testificaron, más. Alin Bogdan, su pareja, hoy está en prisión por otros delitos. Según explicó entonces, llegó a casa en torno a las once y media de la noche y encontró a Cristina tendida en el suelo, con un fuerte golpe en la cabeza. Entonces, aseguró, llamó a una vecina -la dueña del bar de abajo- y cuando llegó esta Cristina se había desmayado. Fuentes cercanas -que testificaron- aseguran que a las cuatro de la tarde se oyeron ruidos y gritos en casa de 'La Veneno'. Alin no pidió ayuda hasta casi las doce de la noche.

Una de las últimas entrevistas televisivas de 'La Veneno' (Sálvame Deluxe).

Testificaron también que las peleas eran sonadas: insultos, golpes. Aquella noche, Alin bajó, aseguran fuertes cercanas, con cuatro grandes bolsas de basura deshaciéndose de ropa -con sangre- y toallas. No le tomaron pruebas de ADN, aunque en casa de Cristina Ortiz hallaron rastros de sangre que no eran de ella. Pocos días después de morir 'La Veneno' su ex pareja estaba vendiendo vestidos y pendientes suyos por 20 euros.

“Me he acostado con gente con un dedo mueve España”

Icónica. Sin filtros. Aseguran que la fama la encontró a ella. Nunca hizo un casting. Arrasó con su desparpajo. Con su metro ochenta. Se convirtió en musa de Pepe Navarro -en 'Esta noche cruzamos el Missisipi'- y su fama fue innegable. Pensaba en la calle y miraba a ella. Su curriculum se gestó ahí. Fue su escuela. Prostituta callejera, y honrosa. Lo recordaba feliz. “Me encantaba prostituirme. Era libre", repetía en muchas ocasiones. "Era muy fantástica, pero tuvo momentos muy duros en el Parque del Oeste", asegura Trini a CASO ABIERTO.

Conquistó a hombres poderosos. “Me he acostado con gente que con un dedo mueve España”, afirmaba 'La Veneno' ante los medios. Transgresora y sin vergüenza - no tenía límite- entre focos y saraos sabía moverse. Tuvo etapas grises. Poca luz y mucha sombra.

Reapareció con fuerza ante los medios 37 días antes de morir. Acababa de publicar un libro de sus memorias (¡Digo! Ni puta ni Santa). Publicó sin miedo y con iniciales la identidad de muchos personajes famosos con los que había tenido relaciones sexuales. "Me han amenazado con matarme", advirtió en su presentación. No se dejó a nadie: políticos, futbolistas y gente poderosa. Por esa razón su entorno nunca ha descartado que su muerte pudiera tratarse de un ajuste de cuentas o una venganza.

Homenaje a Cristina Ortiz,. 'La Veneno', en el parque del Oeste (Madrid). EP.

Pese a la lucha de los suyos, la Fiscalía Provincial de Madrid se opone a reabrir la causa por la muerte de Cristina Ortiz. Solicitaron la reapertura mediante informes periciales basados en investigaciones privadas. "La fiscalía dice que no es suficiente. Dicen que las fotos, por ejemplo, no se tomaron de la forma correcta. Una mujer policía se prestó a ayudarnos, nos dijo que dónde tuviera que ir iría, porque ve negligencias policiales".  En febrero, la misma fiscalía dijo no. "No lo ve importante. La Fiscalía con 'La Veneno' no da importancia a nada". Recurrieron, "pero las cosas de Palacio van despacio".

Cristina, mientras, descansa. El Parque del Oeste guarda sus restos. Lo pidió ella. Es el sitio donde ejerció la prostitución durante años, donde creció el personaje, donde fue libre. Donde, a su manera, fue feliz. Una placa la recuerda, "Cristina la Veneno, valiente mujer transexual visible en los 90". 

No es suficiente. "Ella merece más, algo con más gusto", cuenta su hermana. "Por eso voy a subastar un vestido suyo. Con lo que saque, voy a ponerle una estatua en Chueca. Es el verdadero lugar donde tiene que estar ella". El vestido, es el primero y único que sacó en la pasarela Cibeles. "Cuando terminó el desfile lo dobló y me lo envío. Me dijo 'te lo mando por si te casas'. Lo guardé", recuerda Trini. "Lleva guardado desde el 97. Lo saco ahora para ella".