Llega el fin de semana y con él el temor de muchos vecinos al ruido en la calle, especialmente tras el cierre de los locales de ocio nocturno puesto que la fiesta se traslada a allí. Más aún ahora cuando las temperaturas mínimas en Zaragoza rondan los 13 grados centígrados. Lo normal es llamar a la Policía, aunque se han dado casos de lanzamiento de cubos de agua desde ventanas; pero el pasado sábado una mujer decidió, harta de los gritos de tres menores de edad, bajar a la calle y amenazarles con una pistola Táser. No era lo único que esgrimió, ya que consigo llevaba una extensible y hasta un puño americano. La sexagenaria acabó detenida por la Policía Nacional. 

Los hechos tuvieron lugar de madrugada en la calle Juan XXIII del zaragozano barrio Delicias, muy próximo a la plaza de la Ciudadanía. Allí no hubieran tenido problemas porque no hay edificios cercanos, pero los jóvenes decidieron sentarse en unos bancos cerca del piso en el que reside la posteriormente detenida. La bulla era tal que la mujer, sin cambiarse de ropa para la ocasión, decidió bajar a la calle y dirigirse a los chicos a los que amenazó con la pistola eléctrica mientras les apuntaba. Les dijo que se marcharan de ahí o la iba a emplear porque no le estaban dejando descansar. No la usó, pero sí logró intimidarles

Los menores, temerosos, no dudaron en marcar el 091 que, pese a lo extraño de la llamada que incluso hubiera hecho pensar que se trataba de una broma, desplazó hasta allí a unas patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. Los agentes procedieron a detener a la vecina y a decomisar la táser que es considerada como un arma prohibida y, por lo tanto, le imputaron una tenencia ilícita y otro de amenazas.

Si lo que quería la mujer era poder descansar en su casa, su actitud provocó todo lo contrario puesto que acabó durmiendo en los calabozos de la comisaría Actur de la capital aragonesa. Ya el domingo fue puesta a disposición del Juzgado de Instrucción número 8 de Zaragoza que, en funciones de guardia, acordó la libertad provisional, si bien le retiró el arma. 

El Código Penal establece que la persona que realice amenazas a una persona con un objeto peligroso o prohibido deberá ser condenado a prisión de tres meses a un año o trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a ochenta días y, en todo caso, privación del derecho a la tenencia y porte de armas de uno a tres años. Por ser menores de edad los tres jóvenes, la norma establece una condena en su mitad superior.

A ello habrá que añadirle la sanción pertinente por el empleo de la pistola Táser, un arma que no tiene capacidad letal salvo que el objetivo tenga algún problema cardíaco y que algunos sindicatos policiales y de funcionarios de prisiones vienen reclamando para poder usar en determinadas situaciones.