Con tres días de diferencia la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza ha enmendado la decisión de su compañero de guardia y decretó la prisión provisional de R. D. C., un hombre de Zaragoza que fue detenido tras amenazar de muerte a la madre de sus dos hijos. La Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón a calificar el caso, dentro del sistema Viogén, como de «riesgo extremo». 

El cambio sustancial entre las dos decisiones es que la jueza especializada en casos de este tipo pudo cotejar los mensajes que este hombre escribió a su expareja, ya que en la primera ocasión no se habían aportado más allá de la denuncia inicial. Fue durante la celebración del juicio rápido, cuya sentencia está pendiente de ser redactada.

«Te cortaré el cuello a ti y a los tontos que me mandes, por tu bien y el de los niños déjame verlos o habrá sangre, te cortaré el cuello o te quemaré viva» fue uno de los mensajes que recibió la víctima por parte de este maltratador sobre el que pesaba una prohibición de comunicarse por cualquier medio o procedimiento a la víctima durante 16 meses a menos de 200 metros.

La mujer denunció, pese a que le dijo «que si lo hacía iba a cargarse hasta a su abuela», y durante varios días, R. D. C., estuvo en busca y captura, pero los agentes no dieron con su paradero hasta que decidió presentarse, en compañía de sus abogados, Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, en sede policial. Inmediatamente fue trasladado al Juzgado de Guardia cuyo magistrado acordó la libertad provisional sin tomar ninguna medida de protección.

Antes, la UFAM había emitido un informe en el que destacaba «la necesidad de considerar la actitudes de R. D. C. como altamente peligrosas porque no se basan en las amenazas vertidas contra su expareja, sino que ha tenido amedrentado a gran parte de su familia a los cuales les ha hecho partícipe de ‘su desgracia’». «Según manifiesta el propio detenido se encuentra actualmente de baja laboral por depresiones y ansiedad, añadiendo que intenta pasar este mal momento consumiendo cocaína, speed, hachís y alcohol», destacan los agentes que añaden que «por la experiencia policial en el seguimiento de casos similares, esta combinación de problemas psiquiátricos con ingesta de drogas puede llevar a perturbar en gran medida sus capacidades y a nublarle la visión de la realidad».

Por todo ello, y por sus antecedentes policiales de malos tratos físicos y atentado a la autoridad, consideraron que el riesgo era extremo y solicitaron que, al menos, acordara un control a través de una pulsera telemática. No fue concedida.

De ahí que la mujer estuviera siendo protegida las 24 horas y de forma presencial por agentes del Cuerpo Nacional de Policía que no se separó de ella para evitar que su agresor se acerque. Con el internamiento en el centro penitenciario de Zuera la situación de alarma se redujo a nivel bajo, aunque todo ello podría cambiar si abandona la cárcel y vuelve a mandar mensajes amenazantes en los que le dice que «va a acabar en el cementerio de Torrero».