Los bañistas cumplen y saben que cuando en una playa ondea la bandera roja es una temeridad meterse en el agua y se pone en peligro la propia vida y la de los socorristas. Pero hay excepciones. Y un negacionista de las mareas se puso el domingo como una furia en la playa del Arenal de Jávea. Llegó a agredir a un socorrista. En seguida acudió la Policía Local, que identificó al agresor y lo sancionó por ignorar la bandera roja (la multa es de 750 euros). Los bañistas, indignados por el comportamiento atrabiliario del sancionado, aplaudieron para reconocer la labor que hacen los socorristas de la Cruz Roja y la inmensa paciencia que demuestran incluso en situaciones límite.

El domingo fue complicado en el litoral de Jávea. El fuerte oleaje y el viento obligaron a izar a primera hora en la playa del Arenal la bandera amarilla. Luego los socorristas colocaron la roja en el tramo central de esta playa, donde se forman corrientes de resaca que arrastran mar adentro. Fuentes de la Cruz Roja indicaron que siempre intentan mantener franjas de esta playa (sus extremos, que son más seguros) con bandera amarilla para que los turistas puedan zambullirse. Pero sobre las 14 horas el mar estaba más bravo. Los socorristas izaron la bandera roja en todo el arenal.

Y llegaron los primeros temerarios. Un grupo de turistas ingleses hizo caso omiso a las indicaciones de los vigilantes, que les pedían que salieran del mar. No había forma de hacerles entrar en razón. Los socorristas avisaron a la Policía Local.

En este municipio, la ordenanza de convivencia establece multas de 750 euros a quien eluda la bandera roja. Estas sanciones empezaron a aplicarse en el verano de 2016 y fueron mano de santo. Se atajaron las imprudencias. El domingo la Policía Local puso cuatro. Se las repartieron estos primeros negligentes, a los que los agentes identificaron en un bar del paseo del Arenal, y los bañistas que por la tarde desafiaron a los socorristas.

Poco después de las 18 horas, una familia de turistas portugueses se hicieron los despistados y se lanzaron al mar pese al temporal. Los socorristas les pidieron que salieran del agua y les señalaron la bandera roja. Pero ellos estaban empeñados en darse un chapuzón y respondían que no se podía coartar su libertad. Se vivió una situación muy tensa. La actitud agresiva de estos bañistas abochornó al resto de turistas que estaban en esa parte de la playa.

Uno de los bañistas, de entre 45 y 50 años, se encaró con un vigilante. El socorrista puso entre los dos la lata de rescate acuático y le pidió que mantuviera una distancia de seguridad y no le hablara pegado a su cara. El hombre todavía se encolerizó más y golpeó al vigilante en un brazo.

Desde Cruz Roja, se ha destacado que la Policía Local llegó de inmediato. Identificó al agresor que también acabó multado con los 750 euros de ignorar la bandera roja. Mientras, los turistas empezaron a aplaudir. Reconocían la labor y paciencia de los socorristas y censuraban la actitud desafiante del bañista. El vigilante, según indicaron fuentes de la Cruz Roja, acudió al centro de salud. No presenta lesiones de importancia. Eso sí, las mismas fuentes precisaron que ha denunciado la agresión ante la Guarda Civil.