Cuando les seguían la pista (en 2020, antes de la llegada de la pandemia de coronavirus), investigadores ya atribuían a estos ladrones decenas de asaltos no solo en la Región, sino también en las vecinas Comunidad Valenciana (en concreto, en Alicante) y Andalucía (en Almería). También se investigó entonces si estaban detrás de ‘palos’ similares que se habían dado en la capital de España. En febrero de 2020, el Porsche que dio nombre a la banda del Porsche (un modelo Panamera que había sido robado) aparecía calcinado en un descampado al lado del polígono de El Saladar, en Totana. Los atracadores se esfumaron.
En abril de este año, cinco salones de apuestas eran asaltados en una noche por unos individuos que se movían en coche, tardaban apenas minutos en dar cada uno de los palos y se marchaban a toda velocidad, sin dejar pistas. Los golpes se produjeron en las localidades de Santomera, Las Torres de Cotillas, Cartagena, Abarán y Librilla. El modus operandi les sonaba demasiado a los investigadores, que empezaron a barruntar si acaso la banda del Porsche (aunque sin Porsche, emplearían otro automóvil de alta gama, en este caso un BMW) habría regresado a tierras murcianas.
Y siguió el goteo de robos, siempre en salones de juego: en Librilla, tras saltarse un control de la Guardia Civil; en San Pedro del Pinatar, donde reventaron dos máquinas valoradas en 30.000 euros cada una; en Sangonera y Las Torres de Cotillas en una misma noche y en Los Alcázares y San Javier la noche siguiente. Esa madrugada, la localidad de Retamar, en Almería, el atraco a un establecimiento de apuestas quedaba en intentona: los asaltantes huyeron sin botín. Vecinos dijeron que sospechosos llevaban dos días rondando por la zona y fuentes policiales apuntaron que se investiga si cuentan con inhibidores para las cámaras de seguridad.
Una de las pocas imágenes que hay de estos sospechosos la captó una cámara de seguridad. Gracias a la videovigilancia, el encargado de un salón de juegos de la población murciana de Espinardo vio cómo unos encapuchados, marro en mano, intentaban fracturar el cristal de su negocio, presumiblemente para acceder al establecimiento y robar. Dio la voz de alarma, pero, a la llegada de la Policía, los sujetos se habían vuelto a esfumar.
Sin violencia
Aunque se trata de unos de los delincuentes más buscados en la Región de Murcia, lo cierto es que nunca han empleado la violencia contra ninguna persona. Se dedican a los robos con fuerza, pero jamás han llegado a herir a un testigo para perpetrar sus asaltos. De hecho, no hay más testigos que las cámaras, las cuales son analizadas al dedillo por los especialistas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en busca de un resquicio que acabe dándoles la pista definitiva para capturar a estos ladrones y ponerlos a disposición de la Justicia.
Tanto la Policía Nacional como el Instituto Armado y las distintas policías locales que esta banda está formada por verdaderos profesionales del delito. Aunque las cámaras de seguridad de los negocios que asaltan les graben, no hay manera de dar con ellos: van encapuchados para que no se capten sus rostros. Hasta ahora, les va saliendo bien.
En su periplo delictivo desde que se les detectó en la Región, han asaltado concesionarios de coches y gasolineras, aunque su especialidad son los salones de juego y en ellos se vienen centrando en esta etapa de 2021.
Llevarse una tragaperras en sí es muy difícil y resultaría poco práctico cargarla en el BMW, así que lo que hacen es reventarlas: las máquinas tienen dentro un cajón, con el dinero, cuyo cerrojo es relativamente sencillo de forzar para este tipo de amigos de lo ajeno, que son expertos en hacerlo con celeridad.
Una radio como pista. Aunque los integrantes de la banda del Porsche son profesionales, podrían haber tenido un fallo. Fuentes cercanas al caso detallan que en uno de los asaltos perpetrados en la Región, concretamente en el de Los Alcázares, la Policía, en la inspección posterior del salón de juegos, recuperó una radio que presumiblemente sería de los amigos de lo ajeno y que se sospecha se les caería y no consiguieron volver a coger. El motivo será que no veían bien debido al humo que sale a veces en los locales cuando se activa una alarma, precisamente para entorpecer la labor de los atracadores.