Tres hombres se sentarán en el banquillo acusados de violar en grupo a una joven a la cual, presuntamente, llevaron en coche al Santuario de la Fuensanta, en Murcia, donde habrían perpetrado la agresión sexual, tras la cual, supuestamente, la abandonaron en el monte. Uno de los encausados recurrió recientemente a la Audiencia Provincial, para pedir que se archivase el caso, pero el tribunal considera que el procedimiento ha de seguir adelante.

Los hechos se remontan a febrero del año 2012, cuando la víctima fue recogida por un coche, en el que viajaban tres hombres, en la zona el Eroski en la capital murciana. Según contaría después, los tres sujetos la llevaron hasta el monte y ahí todos la agredieron sexual y físicamente. Luego la sacaron por la fuerza del automóvil y hasta le quitaron el dinero que llevaba en el bolso. Cuando logró bajar del santuario, malherida, un vecino, que luego declararía como testigo, la encontró y gracias a él recibió ayuda sanitaria y precisamente desde el centro de salud avisaron a la Policía Nacional. Por las lesiones que presentaba la chica y su testimonio, había claros indicios de que había sufrido una agresión.

El examen forense de un profesional del Instituto de Medicina Legal de Murcia corroboró la violación y que había, en el cuerpo de la víctima, ADN de tres hombres. El análisis genético permitió identificar a uno de ellos, que admitió el encuentro sexual en el monte, pero aseguró que fue consentido, y también reconoció el robo y que dejaron a la chica tirada en la sierra. A raíz de localizar a uno, cayeron los otros dos. Otro sospechoso, identificado poco después, dijo que habían tenido “una relación con una prostituta” y también afirmó que fue consensuada.

Aquello pasó en 2012. No obstante, no fue hasta seis años después que la víctima decidió reactivar el procedimiento, al reconocer a uno de sus violadores en una red social.

Ahora, casi diez años después, la víctima dice que ha rehecho su vida y no quiere seguir adelante con el proceso: pide que se archiven las actuaciones si con eso consigue que no la vuelvan a llamar. El tribunal, no obstante, ve bastantes indicios de que la violación grupal se produjo y considera que el procedimiento ha de seguir adelante. Los presuntos agresores, cuyas iniciales son A. A. B., A. P. N. y E .M. F, previsiblemente se sentarán, casi una década después, en el banquillo