Un joven mallorquín que se enroló en La Legión ha sido condenado a un año de prisión por desertar del Ejército. El militar optó por no regresar a su unidad, a pesar de las numerosas advertencias, sin dar cuenta a sus superiores de su paradero. Estuvo en esta situación de ilocalizable durante más de seis meses, hasta que finalmente fue detenido por la Guardia Civil, que lo encontró viviendo en su casa de Alcúdia. El joven ingresó en una prisión militar, donde estuvo encarcelado de forma provisional durante algo más de un mes. Ahora ha sido condenado por un tribunal militar a un año de prisión, por lo que tendrá que regresar a la cárcel para cumplir el resto de la pena. El joven se declaró culpable de un delito de deserción, que está castigado en el código penal militar. El juicio se celebró en Sevilla y el acusado aceptó cumplir la pena que solicitaba la fiscalía militar.

Destinado en Almería

Como legionario el soldado mallorquín fue destinado en el tercio Juan de Austria, cuya guarnición se encontraba en Almería. Por motivos psicológicos el joven fue declarado en situación de baja médica desde el día 26 de marzo de 2019. Sus superiores le indicaron que debía permanecer en la base militar. Sin embargo, el legionario no cumplió con esta orden y abandonó el cuartel. Se dirigió a su domicilio de Mallorca, sin autorización de sus mandos.

Precisamente, sus jefes le indicaron que debía regresar a la base militar, porque tenía que someterse a un control sanitario para comprobar cuál era su estado. Sin embargo, el soldado no acató ninguna de estas órdenes. Durante el tiempo que estuvo ausente de la base militar, el joven en ningún momento se puso en contacto con sus superiores para indicar dónde se encontraba. Tampoco envió documentación alguna que detallara cuál era su estado físico. Es decir, se marchó de la base y no dio señales de vida. Los mandos intentaron localizarle numerosas veces. En una ocasión un teniente de La Legión le llamó por teléfono. El soldado descolgó el aparato, pero al darse cuenta de quién era no habló.

Después de seis meses sin tener noticias del soldado, finalmente en el mes de agosto de 2019 la Guardia Civil lo localizó y lo detuvo. Se encontraba por la zona de Alcúdia. El detenido fue puesto a disposición del juzgado militar de Almería. El juez le dejó en libertad, con la condición de que regresara al cuartel y se sometiera a un reconocimiento médico. Sin embargo, el joven no cumplió con lo acordado y estuvo un año ilocalizable, hasta que lo detuvo de nuevo la Guardia Civil. Un psiquiatra de la clínica forense de Palma le realizó un reconocimiento médico. El facultativo estableció que el soldado presentaba un trastorno adaptativo. Y relacionaba esta dolencia con su vivencia en el cuartel de La Legión. Era tal su fobia a su etapa militar, que a pesar de las órdenes que le obligan a incorporarse de nuevo a filas, mantenía su decisión de no regresar al cuartel.

El tribunal militar ha tenido en cuenta este trastorno mental para fijar la sanción. De hecho, la fiscalía solicitó la pena mínima por el delito de deserción.