Tanto la pistola que había en el garaje de El Palmar donde apareció el cadáver de Francisco Javier R. M. como la que había en la vivienda de La Manga en la que la Policía encontró el cuerpo de José Antonio G. V. habían sido adquiridas en el mercado negro, y la Policía tiene claro que por este último individuo, que presuntamente habría matado a su exsocio para luego quitarse la vida, indican fuentes cercanas al caso.

Investigadores de la Policía Nacional llevaron a cabo un registro tanto en el domicilio de El Palmar donde residía Francisco Javier como en la casa del litoral donde se halló, ya registro judicial en mano, el cuerpo del presunto homicida. Por las evidencias halladas en la vivienda de La Manga, munición incluida, y la ausencia de ellas en la de la pedanía murciana, los expertos del Grupo de Homicidio trabajan con la idea de que José Antonio G. V. había conseguido hacerse con las dos armas de fuego: la que abandonó en el charco de sangre en el que estaba la víctima y la que se encontró junto a su propio cadáver, que presentaba, al igual que su exsocio, un tiro en la cabeza.

Zona de El Palmar donde se halló el cuerpo del empresario (en la foto pequeña)

En el caso de que el sospechoso estuviese con vida, podría imputársele, además de un delito de homicidio o asesinato, otro de tenencia ilícita de armas. El descubrimiento de ambas pistolas lleva a la Policía, no obstante, a investigar su procedencia, por lo que del crimen podría salir otra investigación: la del mercado negro de armas. 

Si se confirma que se trata de un asesinato-suicidio, como evidencian las pruebas, el recorrido judicial del caso es corto. Al morir la persona sospechosa, se extingue su responsabilidad penal y el procedimiento se archiva.

Sustituido por su hijo

El cese de José Antonio G. V. como administrador único de la empresa de Francisco Javier R. M. en la localidad de Orihuela se produce en agosto de 2020, según consta en la documentación a la que ha tenido acceso este periódico. Se da la circunstancia de que la persona que lo releva en el puesto es su propio hijo.

Fuentes cercanas a la investigación apuntaron que el presunto homicida había manifestado en reiteradas ocasiones su convicción de que lo había «perdido todo», lo que le habría llevado a considerar al que fuera su socio como responsable de sus problemas. El modo de perpetrar el crimen de El Palmar «es personal», tienen claro los investigadores de la Policía.

La empresa en cuestión se dedicaba a la recreación de escenarios fantásticos para parques temáticos y trabajó, en tiempos, en Marina D’Or. Tras la DANA de 2019, la firma sufrió destrozos y aquello fue el principio del fin. En estos momentos la sociedad tiene un ERTE, aunque los trabajadores llevaban denunciando años impagos.