El dueño y el encargado de una granja de ovejas y cabras de Lliçà d'Amunt (Barcelona) han sido condenados a un año de cárcel por maltrato animal, según la entidad de abogados tarraconenses Acción Legal Animalista.

Los dos responsables de la granja también han sido sentenciados a cuatro años y ocho meses de inhabilitación para actividades relacionadas con animales, en un acuerdo de conformidad entre las partes dictado por un juzgado de lo penal de Granollers (Barcelona).

Dado que no hay antecedentes ni responsabilidad civil, se ha decretado la suspensión de la pena privativa de libertad, a no ser que vuelvan a delinquir en los próximos tres años.

La denuncia del caso partió de la entidad AnimaNaturalis y su directora, Aïda Gascón, señala: "Se trata de la mayor pena posible contemplada por la ley actual y una de las mayores condenas por maltrato a animales de granja en España".

En 2017, unos vecinos de la granja alertaron de que había cientos de animales encerrados sin agua ni comida.

Al visitarla los animalistas, hallaron cabras y ovejas amontonadas entre cadáveres, montañas de barro y purines, algunas, heridas sin ningún tipo de atención, y entregaron imágenes de estas condiciones a los Mossos d'Esquadra.

Los Mossos y el Departamento de Agricultura inspeccionaron la granja y encontraron 40 animales muertos, algunos enterrados bajo montañas de purines de 200 metros cúbicos que cubrían un terreno de 800 metros cuadrados.

El 6 de marzo de 2018, el juez ordenó el decomiso de los animales y la detención de los dos responsables de la granja, que, según el atestado, acumulaba casi veinte denuncias en diez años.

"En el 2018, la administración sólo hizo 522 controles de bienestar animal, lo que supone sólo el 3 % de todas las granjas catalanas", lamenta Gascón.