La Guardia Civil ha detenido en Almuñécar (Granada) a un ciudadano belga de 33 años, considerado uno de los mayores narcotráficantes de Bélgica, que era reclamado por las autoridades de su país por delitos de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal.

La investigación se inició el pasado junio, cuando desde Bélgica se solicitó la localización del ahora detenido, identificado como Y.M.W., por delitos de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal relacionada con el tráfico de armas, según ha informado la Guardia Civil.

Fue la Policía Federal de Bélgica quien informó a la Guardia Civil de que esta persona estaba considerada como uno de los máximos responsables de una organización criminal dedicada a la extracción de grandes remesas de cocaína del puerto belga de Amberes que posteriormente era distribuida por el resto del continente.

Además, miembros de esta organización estaban directamente vinculados al tráfico de armas de guerra a nivel internacional.

La Guardia Civil abrió el pasado verano una investigación para su localización que llevó a los investigadores hasta Estepona (Málaga), donde esta persona vivía junto a su familia en una lujosa villa apartada del núcleo urbano y de difícil acceso.

Ya en el mes de octubre se emitió una Orden Europea de Detención y Entrega por parte de las autoridades judiciales belgas, pero cuando entró en vigor, Y.M.W. huyó de la vivienda, lo que llevó a los investigadores a sospechar que esta persona disponía de información privilegiada que pudo ayudar a su huida.

Los agentes pudieron comprobar que la hija del ahora detenido había quedado a cargo de los padres de éste en Estepona para evitar así cualquier contacto con el huido.

Ante la proximidad de las fechas navideñas y de un posible reencuentro familiar, los agentes establecieron una estrecha y discreta vigilancia sobre los padres del ahora detenido, que el pasado 23 de diciembre se dirigieron al municipio granadino de Almuñécar, donde el huido fue localizado en una de las zonas más exclusivas de esta provincia, en concreto en una lujosa villa de acceso prácticamente imposible.

Allí, el ciudadano belga fue detenido sin oponer resistencia cuando salió hacia un mirador de la zona en patinete eléctrico.

Manifestó a la Guardia Civil que conocía los cargos que se le imputaban en su país de origen y que sospechaba que estaba sufriendo una fuerte presión policial, motivo por el que se ocultó a conciencia.

El detenido fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción 5 de la Audiencia Nacional, que ha decretado su ingreso en prisión a la espera de ser extraditado a Bélgica.