Ni la presencia policial le hizo desistir en su 'robo' de percebes. Un atrevido furtivo fue localizado por la policía en Vigo cuando estaba cogiendo este marisco de forma ilegal en las inmediaciones de Toralla y, lejos de poner fin a su pesca, decidió seguir llenando su bolsa ante la sorpresa de los agentes.

Ocurrió, según fuentes policiales, sobre las 8.00 horas de este martes. A esa hora el guardia rural de la Cofradía de Pescadores de Vigo solicitó el apoyo de una patrulla en la Isla de Toralla, al constatar que había un pescador furtivo cogiendo percebe.

Ambas Unidades trataron de localizarlo, no lográndolo, pero encontrando sus enseres personales ocultos en la zona, por lo que se realizaron una espera en el lugar. Al poco apareció, pero al darse cuenta de la presencia de los agentes, se volvió a dirigir a las rocas, para seguir recogiendo ilegalmente el percebe ante la atenta mirada de los policías.

Pese a los avisos para que saliese, hizo caso omiso a las advertencias del guardia rural y y también de los agentes de la Policía Local. Además, adoptó una actitud agresiva y amenazante.

Siguió en el agua pese a subir la marea

En apoyo se personó otra unidad de la Policía, avisando al pescador que saliera del lugar, manteniendo su conducta de desobediencia y continuando su labor, hasta las 09:45 horas en que subió la marea y no pudo continuar, manteniéndose en el agua.

Se dirigió por las rocas hacía las playas de la isla cruzándolas, pero manteniendo su cuerpo cubierto por el agua, para no ser interceptado. Ocultó la raspilla y los percebes debajo del puente del Vao, pero el material fue finalmente localizado y requisado por los agentes.

Temblando de frío

Debido a las bajas temperaturas, y que el individuo llevaba dos horas y media en el agua, con pantalones vaqueros y jersey de lana empapados, solicitaron la presencia de una dotación del 061, al observar que temblaba de frío, negándose a salir ni ser atendido por los sanitarios.

Las Unidades desplazadas, optaron tras esto a ausentarse del lugar para que el citado saliese del agua. Una vez pesado, el marisco que arrojo un peso de unos 3,3 kg así como la raspilla de lo cual se hizo cargo el guardia rural.

Finalmente, y al tratarse de un furtivo "habitual", los agentes optaron por tramitar la correspondiente denuncia al negarse a salir del agua.