Un estibador resultó ayer herido de gravedad, con varias fracturas y policontusiones, al caer desde una altura de unos 56 metros tras arrastrar un barco la grúa que manejaba y derribarla en el Puerto de Valencia. El espectacular accidente, en que el no se han registrado más heridos gracias a la rápida actuación de la víctima, tuvo lugar sobre las 9.40 horas de este domingo, en la terminal MSC.

La embarcación MSC Mi, el mayor portacontenedores del mundo junto con otros 10 buques de la misma serie y compañía, tres de los cuales recalan habitualmente en Valencia„ desatracaba a esa hora con la ayuda de un práctico y dos , para proseguir su periplo hacia Italia tras haber terminado las labores de estiba en el puerto valenciano. Debido a un error durante la maniobra de desatraque, la enorme chimenea del Mia chocó contra la pluma de la grúa, situada a 60 metros sobre el nivel del suelo, que estaba operando en la estiba y desestiba del buque MSC Ajaccio, atracado en el mismo muelle. Además de impactar contra la punta exterior de la pluma, el enorme peso del Mia, que desplaza 230.000 toneladas de peso muerto, la empujó haciendo rotar la estructura de la grúa hasta que colapsó y se vino abajo, arrastrando en la caída al menos dos transtainers.

El gruista fue consciente desde el principio del brutal accidente y su primera reacción fue dar la voz de alarma desde su cabina, lo que salvó la vida de los estibadores y camioneros que estaban operando a pie del Ajaccio. El Así, en cuanto vio cómo el buque se le venía encima, reaccionó con rapidez maniobrando hacia atrás para hacer retroceder la contrapluma al máximo.

Aún así, no pudo evitar el desplome de la grúa y consecuentemente de su cabina, ubicada a unos 56 metros de altura. Gracias a él, el resto de trabajadores del puerto salieron ilesos. El gruista, rescatado por los bomberos de entre el amasijo de hierro, fue trasladado de urgencia a un hospital de Valencia, donde se encuentra ingresado muy grave, aunque estable. Está previsto que los médicos puedan intervenirle de urgencia en las próximas horas para tratar las numerosas fracturas que sufrió como consecuencia de la brutal caída.

Por fortuna, la grúa, una Post Panamax de altura ampliada, era la última de la hilera de maquinarias de este tipo en ese muelle, lo que minimizó las consecuencias del accidente, ya que, de haber sido una de las situadas en medio habría arrastrado al resto en la caída por efecto dominó.

Además de la grúa, una hilera completa de contenedores cargados en el Mía acabaron en el mar como consecuencia de la colisión. El buque que provocó el desastre es uno de los 11 gigantes que MSC tiene surcando los mares de todo el mundo. Su eslora es de 400 metro, 100 más que el Ajaccio y 62 de manga.