"Vamos a tener que vender arena". La confesión realizada por un narcotraficante español a uno de sus colaboradores, grabada por orden de un juez, revela la preocupación que reina en el mercado de la droga por las dificultades de distribuirla en tiempos de coronavirus y estado de alarma. "La droga sigue llegando a España, pero luego los grandes distribuidores tienen casi imposible moverla, así que lo que están haciendo es almacenarla para venderla luego", explican a El Periódico de Catalunya fuentes de UDYCO Central, la unidad de la Policía Nacional dedicada a la lucha contra el tráfico de drogas.

Las mismas fuentes confirman que por esas dificultades el narcotráfico en Francia ha caído sensiblemente durante las últimas semanas. "Allí la droga les entra por carretera desde Cataluña o procedente de Países Bajos. Ahora todo eso está muy parado. Toda la mercancía que entra por carretera ha tenido un freno tremendo", afirman fuentes policiales. Entre otras, la heroína. "Llega casi siempre por carretera, por La Jonquera, y eso se ha parado mucho. El riesgo es que para conseguir beneficios y ante el desabastecimiento los traficantes acaben mezclándola mucho, con mucho corte", subrayan.

Toneladas de coca

Sin embargo, los envíos de cocaína desde Colombia han seguido llegando durante todo este mes de confinamiento. Solo la semana pasada, la policía se hizo con casi tres toneladas de droga que habían llegado a la Costa del Sol y Barcelona. Antes, recuperaron otras dos toneladas y media en Pontevedra. Un veterano agente especialista en la lucha contra el narco resume así los datos que manejan, también procedentes de organismos internacionales: "Parece increíble, pero estamos detectando más envíos de droga este mes que en abril del año pasado sin coronavirus. Creemos que están jugando con la oferta y la demanda. Los narcos en Colombia quieren dar salida a la mercancía y han sido capaces de abaratar los precios para que la droga siga saliendo", añaden estas fuentes.

Antes de esas pequeñas ofertas por el coronavirus, el precio de la cocaína, según fuentes policiales españolas, se mantenía estable desde hace años. En Colombia "se paga unos 4.000 euros el kilo si se compra mucha cantidad para meter en contenedores", explican. Ese kilo se vende luego en Europa a "30.000 o 32.000 euros".

Europol y otros organismos internacionales están realizando estudios sobre la repercusión del coronavirus y el estado de alarma en el narcotráfico internacional. Los primeros datos apuntan que los narcos siguen haciendo operaciones en los puertos "más sensibles", como Amberes y Rotterdam, aunque, como ocurre en España, están teniendo problemas para distribuirla. En nuestro país, los cuatro grandes puertos más usados por los narcos son Barcelona, Valencia, Algeciras y Vigo-Verín, según fuentes policiales.

Marcos y la ruleta rusa

Una prueba de que las redes de narcotráfico siguen vivas en tiempos de confinamiento ha sido la muerte a balazos en Colombia del ciudadano serbio Dejan Stanimirovic, alias Marcos, integrante del cartel de los Balcanes, e investigado por policías de media Europa por organizar el envío de varios cargamentos de cocaína.

El serbio fue encontrado agonizante el pasado 31 de marzo junto a la casa de en la localidad de Guamal, en los Llanos Orientales de Colombia. La investigación descubrió que estaba alojado en casa de un antiguo jefe paramilitar colombiano conocido como Soldado y que ahora está vinculado al narcotráfico. Fuentes policiales explican que Marcos estaba en Colombia preparando nuevos envíos de cocaína a Europa. Hay dos hipótesis sobre su muerte: que se debiera a una discusión por el negocio o que sucediera, como se comentó en un primer momento, mientras ambos narcos jugaban a la ruleta rusa.

Las guarderías del hachís

En cuanto al hachís, los narcos sufren también los mismos problemas para distribuirlo, de forma que lo están almacenando en lo que en la zona de Campo de Gibraltar se conoce como "guarderías". El precio de compra no ha variado, según confirmaron fuentes policiales. "El primer semestre del año pasado fue de 1.670 euros por kilo. En realidad, el precio oscila entre 1.300 y 1.900 euros por kilo dependiendo de la calidad de la droga".

Un responsable de la lucha contra el narcotráfico en la zona afirma a El Periódico de Catalunya que "los traficantes mas potentes, los que tienen más infraestructura, tienen sus gomas (lanchas), todo, siguen trabajando, aunque no con la intensidad de antes. Los que se han parado son los que no tienen esa estructura y necesitan hacer contactos, entrevistas...". El narco ya había descendido su actividad desde la puesta en marcha del Plan Especial del Gobierno, que nació para combatir, en términos de coronavirus, "el pico del hachís en el Campo de Gibraltar, que ocurrió en 2017 y 2018", señala un investigador.

Un viaje, 50.000 euros

Los grandes narcos siguen organizando cargamentos de hachís. Las narcolanchas, de 12 a 14 metros, con tres motores, hasta 9.000 caballos de potencia, y valoradas en unos 250.000 euros, siguen cruzando el Estrecho. Y los pilotos, muy cotizados, siguen cobrando "unos 50.000 euros por viaje". El único cambio en los últimos tiempos es que, en ocasiones, ya no son viajes de ida y vuelta en una sola noche.

"A veces, las gomas ya están dos semanas en el agua antes de volver. Otras lanchas les llevan combustible, incluso acuden con otra tripulación de recambio a los quince días. Tienen su tienda de campaña, su Quechua, una sombrillita, y duermen allí, en el mar, hasta que hacen la carga y regresan a España".

El hachís que finalmente entra en las guarderías se está almacenando, según este agente. "Ahora para ellos es más arriesgado usar los go fast, los coches rapidos, todoterrenos o Audis A8, que te ponen la mercancía por carretera casi a cualquier punto de Europa en una noche".