Un hombre de 53 años falleció ayer por la tarde a la entrada de Gijón por la autovía A-8 después de sufrir un infarto al volante. Las maniobras de reanimación que iniciaron los agentes de la Guardia Civil primero y después los servicios sanitarios desplazados hasta el lugar, a la altura del kilómetro 385, no sirvieron para salvarle la vida. Los restos mortales de este hombre, que responde a las iniciales F. J. A. P., fueron trasladados al tanatorio Jardín El Lauredal, de Funerarias Noega, en la zona oeste de Gijón.

El fallecido circulaba en dirección a Gijón cuando al llegar a la altura del viaducto de Somonte comenzó a sentirse indispuesto. Fue entonces cuando optó por detener el vehículo y estacionarlo en el arcén para llamar a emergencias explicándoles lo que ocurría. Rápidamente se desplazaron los efectivos de emergencias hasta el lugar indicado. Los primeros en llegar fueron los agentes de la Guardia Civil de Tráfico, que vieron que el conductor sufría un infarto y comenzaron a practicarle la reanimación cardio pulmonar (RCP) durante varios minutos.

Los servicios sanitarios se desplazaron también hasta el lugar en una UVI móvil y continuaron las labores que habían iniciado los agentes de la Guardia Civil. Pese a los intentos por reanimarle no pudieron salvarle la vida y el hombre, vecino de Gijón, falleció. Sus restos mortales fueron trasladados poco después al tanatorio gijonés, pero a última hora de ayer todavía no había esquela.

Las indisposiciones al volante ocurren con frecuencia. De hecho, este pasado domingo un gozoniego de 66 años, A. R. G. P., sufrió un infarto al volante cuando circulaba por la plaza de Los Oficios en Avilés. Afortunadamente, en su caso, los tres agentes de la Policía Local y un enfermero que pasaban por allí lograron salvarle la vida y el hombre se recupera satisfactoriamente en la UCI del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

Estos dos episodios no son los únicos recientes. En diciembre, por ejemplo, se estableció un amplio dispositivo de búsqueda de un conductor que sufrió un ictus al volante en Perlora después de haber pasado la ITV en Gijón, lo que motivó la movilización de efectivos policiales de varios municipios. Más sonado fue, por ejemplo, el fallecimiento de Enrique Castro "Quini", que también sufrió un infarto al volante del que no se pudo recuperar.