«Roco murió en brazos de mi hijo tras el ataque del perro potencialmente peligroso. Lo mató de un bocado», explica Javier Rueda, vecino de Platja d'en Bossa, preocupado por las secuelas que la desgracia vivida el pasado 14 de diciembre pueda dejar en su hijo mayor, de 13 años. Roco, un yorkshire de dos años, era la alegría de la familia, a la que llegó hace alrededor de un año y medio. Era uno más para todos y su traumática pérdida está siendo muy dura. Las mordeduras y arañazos le preocupan menos que el hecho de que viera morir a su perro tras el ataque.

Esa tarde Rueda, que es secretario de la Asociación de Vecinos de Platja d'en Bossa, estaba en el local social cuando recibió una llamada de su mujer avisándole de que un perro peligroso, un american staffordshire, suelto y sin bozal había atacado de muerte a Roco en la calle Pablo Picasso. «Salí corriendo y cuando llegué mi hijo y mi mujer estaban histéricos. Fui detrás del perro y el propietario o su amigo me hizo una zancadilla. Me caí, me fastidió el hombro y el perro siguió corriendo como loco. Dio la vuelta a la manzana y a otro chico, que había cogido a su perro porque había oído lo que pasaba, le saltó encima y le mordió en un brazo hasta el punto de que le rompió un tendón», recuerda.

Al lugar del suceso se desplazaron ambulancias, la Policía Nacional y la Policía Local, que interpuso cuatro denuncias al propietario del can por ir sin correa, sin bozal y por no presentar ni el seguro obligatorio ni la cartilla de vacunaciones del animal, que llevaron a sa Coma después de que lo atrapara el lacero municipal.

Rueda denuncia los problemas que tuvieron él y la otra víctima a la hora de presentar la denuncia de lo que había pasado. En primer lugar acudieron a la Policía Local, donde no les dejaron tramitarla porque les dijeron que debían hacerlo en la comisaría de la Policía Nacional. Sin embargo, allí tampoco pudieron interponer la denuncia: «Nos enviaron de vuelta a la Policía Local. Se nos pasaban de unos a otros, como si fuéramos una pelota».

De nuevo en las dependencias de la Policía Local de Ibiza y a pesar de lo que les habían dicho en la comisaría de la Policía Nacional, se negaron otra vez a dejarles presentar la denuncia: «En esta ocasión nos atendió una chica y nos dijo que si no había tres casos de un mismo perro no se podía denunciar».

Ante esta situación, optaron por acudir a los juzgados, donde les explicaron que ése tampoco era el lugar para presentar ese tipo de denuncias.

«Hace falta más policía»

Rueda critica el «pasotismo» de los agentes, tanto locales como nacionales, y las trabas que les pusieron a él y el otro herido para denunciar. Le resulta especialmente incomprensible en el caso de la Policía Local de Vila, dado que había redactado un atestado e iniciado ya cuatro denuncias contra el propietario.

Esta víctima denuncia, además, la «falta de presencia policial» en la zona de Platja d'en Bossa donde, recuerda, perros considerados potencialmente peligrosos han matados a dos canes en los últimos meses. El 14 de diciembre fue Roco, pero un par de meses antes, en septiembre, le ocurrió lo mismo a Edi, un yorkshire de ocho años. Dos de estos perros, que también iban sueltos y sin bozal según explicó el propietario de Edi, lo atacaron y lo mataron en la misma calle que a Roco, la Pablo Picasso.

El secretario de la asociación de vecinos de Platja d'en Bossa asegura que «apenas» hay agentes patrullando por el barrio donde, además, afirma que es habitual ver a perros potencialmente peligrosos paseando «sin correa y sin bozal». Tanto por esa zona como por el paseo o por la playa de ses Figueretes.

Javier Rueda afirma que la presencia policial no sólo evitaría situaciones como la que provocó el american staffordshire que acabó con su perro Roco e hirió a tres personas sino también robos como el que han sufrido recientemente en el local de la asociación. «Entraron en la sede y se llevaron todo lo que había. Desde los altavoces a unos disfraces que habían comprado», indica el secretario de la asociación, que explica que tanto él como el resto de su familia pasan estas fiestas con Roco en la cabeza: «Era muy cariñoso y lo queríamos muchísimo».