Pasaba en mayo de 2018 a disposición del Juzgado de Guardia de Molina de Segura. Tras tomarle declaración, la jueza decretaba el ingreso en prisión provisional de una vecina de Archena acusada de rociar con ácido a su esposo y mandarlo, malherido, al hospital. En la cárcel está desde entonces y, aunque su defensa pidió que pudiese salir, bajo fianza, la Audiencia Provincial considera que ha de seguir entre rejas.

Según el auto, la procesada es extranjera y no tiene arraigo familiar en España (su esposo, la víctima, se opone a la libertad provisional) ni trabajo acreditado, aunque su defensa dice que sí. La Sala cree que existe riesgo de que la mujer se fugue del país si sale de la penitenciaría.

El caso sigue investigándose y aún no se sabe qué tipo de líquido corrosivo vertió ella, supuestamente, sobre el hombre, al cual no le han quedado secuelas graves. La concreta composición de la sustancia está analizándose en un laboratorio de criminalística. Cuando lleguen los resultados empezará el juicio.

El caso no se investiga como un asunto de violencia de género. Esta calificación sólo se aplica cuando la víctima es una mujer y el sospechoso su pareja o expareja sentimental.

La mujer sostuvo, cuando fue al Juzgado de Guardia, que todo fue un accidente. Asistida por un intérprete (la acusada es brasileña y no habla bien el castellano), la mujer explicó que aquella noche ella se acostó y, en un momento dado, su esposo la despertó tocándole en el hombro. Ella vio que él portaba una jarra y pensó que iba a golpearla con ella, de ahí que lo empujase, diese un manotazo a la jarra y echase a correr. Siempre según el testimonio de la mujer, cuando ella escapaba escuchó los gritos del marido. Entonces regresó y lo vio sangrando. De hecho, intentó ayudarle, aseguraba entonces.

Él ingresó en el Virgen de la Arrixaca, en la Unidad Regional de Grandes Quemados. Presentaba lesiones en la cabeza y en las manos principalmente. Pero no le han quedado secuelas de consideración, se lee en el auto de la Audiencia Provincial.