Los guardas de la Sociedad de Cazadores de Mieres (Asturias), en colaboración con el grupo de investigación del Servicio de Protección de la Naturales (Seprona) de la Guardia Civil, procedieron el pasado 31 de julio a la identificación y denuncia de un vecino de la villa por la colocación de lazos para cazar de forma furtiva en la zona del Cabal, así como por la muerte de dos perros que fueron encontrados junto a estos dispositivos ilegales.

La investigación se inició el pasado 6 de julio cuando los guardas de la Sociedad de Cazadores de Mieres, que estaban realizando labores de vigilancia y control, encontraron dos lazos de los que se suelen utilizadas para la captura de animales salvajes, en los lindes de una finca. De inmediato, procedieron a comunicar lo ocurrido a los agentes del Seprona con base en Pola de Lena y organizaron un dispositivo conjunto de vigilancia para tratar de identificar al cazador furtivo. Tras varios días de vigilancia, finalmente determinaron que la persona que manipulaba los lazos colocados era un vecino de la zona. Éste gestionaba la finca en la que se encontraron los lazos para el pasto de su ganado. Asimismo, junto a los lazos se encontraron dos perros muertos cuyos dueños habían denunciado su desaparición días atrás.

El grupo de investigación del Seprona, tras ser informado de lo ocurrido, se trasladó hasta la zona para comprobar lo ocurrido e iniciar las diligencias pertinente, finalizando con la identificación del furtivo.

Desde la Sociedad de Cazadores de Mieres hicieron hincapié ayer en un hecho sucedido hace dos años en otra finca de la que es propietario el furtivo. En aquel entonces se localizaron otros dos lazos en la finca, aunque no se pudo demostrar su autoría, a diferencia de lo que ha ocurrido en esta ocasión.

No ha sido el único acto de furtivismo ocurrido este año en Mieres. El pasado mes de abril, los guardas de la Sociedad de Cazadores de Mieres sorprendieron a dos personas que portaban armas de fuego y estaban practicando la caza de forma furtiva Los hechos ocurrieron, al igual que ahora, en la zona del Cabal. En el momento de la identificación de los furtivos, uno de ellos huyó corriendo ladera abajo, aunque fue identificado más tarde por el Seprona. Dicha persona tenía antecedentes policiales por hechos similares en el año 2007 y no tenía permiso de armas, por lo que se le imputó un delito de tenencia ilícita de armas. El segundo de los furtivos sí fue identificado por los guardas y su arma fue trasladada a Intervención de Armas de Mieres.