El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN), Joaquín Galve, ha afirmado que, con el juez Ricardo González, que emitió el voto discrepante en la sentencia de la Manada, se han superado "ampliamente" los límites de la crítica y el magistrado se siente "perseguido".

Al término de una concentración de jueces y fiscales navarros para reivindicar la independencia judicial, Galve ha declarado que los tres jueces que intervinieron en este caso (los dos que firmaron la sentencia y el que emitió el voto particular) están "afectados" por la presión mediática y social en torno al juicio de la Manada.

Galve, que además preside la sala del TSJN que deberá resolver los recursos a la sentencia, ha comentado que el juez González, del que se han filtrado datos de su carrera profesional e incluso de sus bajas médicas, se siente "perseguido" y ha considerado que "motivos no le faltan" porque hay personas que se están dedicando a "escudriñar" su vida.

No obstante, ha agregado, "según él dice, y yo tampoco evidentemente lo conozco, no tiene nada que ocultar, nada que esconder, con lo cual parece que está tranquilo".

Galve ha lamentado que, desde el primer momento, "muchísima gente, ciudadanos anónimos o no tan anónimos", sin conocer "absolutamente nada del contenido de la sentencia", hicieron declaraciones "que están fuera de lugar", incluidas las del ministro de Justicia, Rafael Catalá.