Dos horas y media permaneció ayer la novia del padre de acogida del niño fallecido en el domicilio donde se produjo el asalto y cuando aún no habían transcurrido ni 24 horas. Fue trasladada por la Policía Nacional para participar en la reconstrucción. Llegó a las 18.45 horas en un coche patrulla al que seguían otros tres turismos. Todos camuflados. La mujer salió de uno cojeando, con el rostro desencajado, varios moratones visibles y un brazo en cabestrillo mientras era ayudada por los agentes hasta el portal del edificio. Quince minutos antes un coche patrulla de la Comisaría de Elda-Petrer desalojó la calle Quijote y la acordonó para impedir el paso de vehículos y personas. Agentes del Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de la Policía Nacional de Alicante y de la Brigada de Policía Judicial de Elda-Petrer extrajeron una caja del maletero y toda la comitiva encabezada por el juez subió al primer piso. En la calle se volvió a generar una gran expectación mientras los agentes sólo permitían el paso a los vecinos de los inmuebles colindantes. La mujer salió del edificio a las 21.15 horas con el semblante serio y visiblemente afectada. Volvió a montar en el mismo vehículo y la comitiva abandonó el lugar.

Pocos detalles han trascendido sobre la reconstrucción. Tan solo que fue extremadamente minuciosa y los investigadores insistieron, especialmente, en aclarar aspectos muy concretos del relato que la víctima ofreció en su primera declaración. Algo que se produjo tan solo unas horas después del asalto.

Dos videollamadas

Las dos peticiones de ayuda que la víctima hizo a su madre a través de una videollamada, con la que pudo alertarla de lo que estaba ocurriendo, es uno de los detalles en el que los investigadores más incidieron. Cabe señalar que la mujer padece problemas de audición pero puede mantener una conversación con normalidad leyendo los labios de sus interlocutores. Según las fuentes consultadas, al despertar tras ser golpeada por los dos asaltantes, y quedar inconsciente en el pasillo de la vivienda, comprobó que le habían amordazado y atado, además de colocarle una bolsa en la cabeza para que no viera nada. A pesar de ello y en un descuido, pudo coger su móvil y llamar a su madre. Sin embargo, fue descubierta y golpeada nuevamente, aunque los asaltantes huyeron a toda velocidad; probablemente, porque pensaron que había llamado a la Policía, según fuentes de la investigación. Y aunque antes de darse a la fuga le rompieron el móvil, pudo volver a realizar una segunda llamada a su madre. Ésta se dirigió al domicilio mientras alertaba rápidamente al compañero sentimental de su hija, que en ese momento se encontraba dirigiendo un entrenamiento de atletismo en la pista municipal de La Sismat. Él fue el primero en llegar a casa después de que un vecino de la tercera planta alertará al 112 al escuchar un grito y entrar al piso. Y allí fue donde lo encontraron los primeros agentes llorando y enloquecido de dolor e ira mientras gritaba: «Lo han matado y lo han violado» refiriéndose a su hijo de acogida.

Al parecer, los asaltantes se llevaron al niño a otra habitación después de dejarla inconsciente, por lo que no pudo ver lo que le hacían al pequeño. El cuerpo del niño fue trasladado anoche al tanatorio de Elda-Petrer y hoy, a partir de las once, se oficiará el funeral.