Un trabajo de precisión más que milimétrica. Los bomberos del parque comarcal de Dénia acudieron en la madrugada del viernes al hospital llamados por los médicos de Urgencias que atendieron a un paciente que llegó al hospital rabiando de dolor. El juego erótico salió mal. El hombre, de 36 años y nacionalidad lituana, se colocó cuatro anillos de acero en la base del pene. Quería potenciar su erección. Pero, en lugar de eso, se oprimió tanto el miembro que se le inflamó notablemente.

La falta de riego sanguíneo por el estrangulamiento podía dañarle los tejidos e incluso hacerle perder el pene. El hombre estaba desesperado.

Los médicos sabían que los bomberos disponen de sierras que permiten cortar con precisión quirúrgica. Los llamaron. Acudió una dotación con un cabo, un sargento y un bombero. Portaban la sierra mágica, una dremel que utilizan para cortar alianzas que aprisionan dedos. Esta vez debían liberar un pene y no de un anillo, sino de cuatro y de duro acero. Se pusieron en seguida manos a la obra.

El acero no se podía doblar. De ahí que los bomberos, tal como explicó ayer el jefe del parque de Dénia, Javier Fayos, serraran cada aro por un lado y por el contrario. La intervención era compleja y muy delicada. Tuvieron que realizar con precisión de cirujano ocho cortes.

Al mismo tiempo, refrigeraban con suero fisiológico los anillos. La fricción de serrarlos hacia que el acero cogiera mucha temperatura. No existía solo el riesgo de que a los bomberos se les fuera la mano con la sierra, también podían provocar quemaduras al paciente.

Los médicos y enfermeros estaban pendientes del hombre mientras los bomberos se apresuraban en liberarle el pene. Finalmente, la intervención, que se realizó en uno de los quirófanos del hospital, fue todo un éxito.

Lo que no trascendió es si el estrangulamiento del falo durante horas le habrá dejado alguna secuela al paciente.

«No es la primera vez que nos llaman del hospital para romper anillos, aunque, habitualmente, están en los dedos», explicó el jefe de bomberos, que indicó que sí es la segunda vez que acuden a una urgencia para cortar aros de metal que le oprimían a un paciente el pene.