Cientos de vecinos de Arriate (Málaga) han despedido esta tarde a María Esther Jiménez Villegas, la niña de 13 años que fue hallada muerta en la caseta de una depuradora, en una misa seguida incluso desde la calle por megafonía.

La capilla de la residencia de ancianos Glorieta de San José ha acogido la misa funeral por el alma de la menor ante cientos de vecinos del pueblo y personas procedentes de otros puntos como Ronda, las pedanías cercanas y los municipios de la Serranía.

La capilla se ha quedado pequeña para albergar a los asistentes a la misa, y los alrededores de la residencia han estado repletos de vecinos que han protagonizado escenas de dolor a la llegada y salida del féretro.

La misa fue retransmitida por megafonía y, a su término, una tía de la niña estuvo a punto de desmayarse, y una de las abuelas también se mostró visiblemente afectada. Inmediatamente después de la ceremonia, el féretro fue trasladado a Paterna de la Ribera (Cádiz), población de origen de la familia donde recibirá sepultura mañana, a las 11.00 horas.

Fuentes cercanas a la investigación han precisado que ya han prestado declaración sobre el crimen alrededor de 50 personas entre vecinos del pueblo, familiares y allegados.

Una treintena de especialistas de distintas unidades de la Guardia Civil investigan e intentan reconstruir los últimos pasos de la menor.

El caso de Arriate, localidad de 3.500 habitantes cercana a Ronda, eleva a 16 el número de menores desaparecidos y hallados muertos en España durante los últimos diez años.