Atascado en una ventana y con los pantalones bajados se encontraron los trabajadores de un supermercado portugués a un joven. Había intentado entrar por la noche en el establecimiento para robar, pero se quedó atrapado y él mismo se bajó los pantalones en un intento desesperado de liberarse.

El ladrón, de origen rumano, estuvo así once horas, hasta que lo sacaron los bomberos entre las risas de los vecinos.