El Ministerio Fiscal afirmó hoy que el acusado de matar a la joven Nagore Laffage, José Diego Yllanes, cometió un "hecho violento que encaja en el Código Penal en un delito de asesinato" y afirmó que la muerte de la joven, que estaba "totalmente indefensa", "no es un simple homicidio". A su juicio, el procesado "lo hizo conscientemente, sabiendo lo que estaba haciendo", sin influencia del alcohol, y señaló que merece, por ello, un "reproche penal".

El fiscal superior de Navarra, Javier Muñoz, pidió así para el acusado en la última jornada del juicio una pena de 17 años y seis meses de prisión por el delito de asesinato, dos años y medio menos de lo que solicitaba inicialmente, al aplicar la atenuante de "reparación del daño".

Según expuso, el procesado ha abonado 126.853 euros en favor de la familia de la víctima. El fiscal solicita además una indemnización de 120.000 euros para cada uno de los padres de Nagore Laffage y 80.000 para el hermano.

El Ministerio Público manifestó en su exposición, que se prolongó durante una hora, que el acusado tuvo "intención de matar" y que existió alevosía. Aseguró así que José Diego Yllanes agredió a la joven irunesa y que por los golpes la víctima presentaba lesiones "múltiples". "Va minando su voluntad física y psíquica", dijo, para exponer que "a las 10.05 horas estaba totalmente indefensa".

El fiscal rechazó tres atenuantes planteadas por la defensa del acusado de intoxicación, confesión y arrebato u obcecación. Señaló así que el acusado, residente de cuarto año en Psiquiatría en la Clínica Universitaria de Navarra, no tiene una enfermedad mental y manifestó que "cuando comete los hechos no está influenciado por el alcohol", afirmó.

Asesinato consciente

A su juicio, así se deduce de las imágenes que hay de él esa mañana, del testimonio de las amigas de Nagore Laffage o de su "conducta minuciosa" en el piso de Sancho Ramírez. "La mató conscientemente", sentenció.

Igualmente, el fiscal aseguró que no se le puede aplicar la atenuante de confesión ya que, expuso, "no sólo no ha confesado sino que ha entorpecido la investigación", que lo demuestra, indicó, el hecho de que cortara el dedo a la víctima, metiera sus pertenencias en bolsas y se exculpara diciendo que había bebido. Tampoco aceptó la atenuante de arrebato u obcecación, ya que se preguntó si el arrebato le dio "hasta el punto de matarla".