La media docena de huesos hallados en esa presa, situada a unos 40 kilómetros del apartamento de Praia da Luz, en el sur de Portugal, de donde desapareció la niña, pertenecen a un animal que fue arrojado al agua dentro de un saco para ahogarlo.

Fuentes de la PJ recordaron que es relativamente frecuente en Portugal encontrar este tipo de osamentas de gatos y perros dentro de sacos.

La PJ llegó a esa conclusión después de enviar fotografías de los huesos a un paleontólogo que colabora con las autoridades en el caso de la niña, que desapareció en mayo de 2007 cuando dormía con sus hermanos, mientras sus padres cenaban en un restaurante cercano.

Los huesos fueron hallados dentro de un saco cerrado, que estaba junto a otro abierto, a nueve metros de profundidad, cerca de la torre de captación de agua del embalse.

A este hallazgo se suma el de una piedra atada con varios nudos a una cuerda, que podría haber sido utilizada para hundir el cadáver de la niña, según el abogado.

Durante las pesquisas se encontraron además otros trozos de cuerda y un calcetín de niña de la edad de Madeleine, y de un tejido usado en el norte de Europa.

Aragao Correia dio por concluida la investigación privada en esta presa, dada la falta de los recursos necesarios para proseguir, aunque afirmó que lo deja con la conciencia tranquila.

El letrado portugués intenta desde hace meses encontrar por su cuenta a la niña británica y cree que hay un 99 por ciento de posibilidades de que esté muerta y su cuerpo fuera arrojado a la represa de Arade.

El abogado portugués, que decidió iniciar esta búsqueda después de recibir "pistas" sobre el caso tres días después de la desaparición de Madeleine, aseguró que los indicios que él tiene coinciden con los de la agencia española de detectives Método 3, contratada por los padres de la menor.