La Policía Nacional de Alicante ha detenido a siete supuestos integrantes de una banda napolitana vinculada a la 'camorra' que se dedicaba al robo con intimidación en la vía pública y ha recuperado tres kilos de joyas de oro y plata por un valor de 42.000 euros. Las investigaciones policiales han permitido esclarecer un total de ocho robos a clientes de entidades bancarias y a representantes de joyería.

Entre los asaltos que se les imputan, está un robo a un cliente de una sucursal bancaria de Cartagena perpetrado en mayo de 2007 en el que se llevaron 127.000 euros; un robo en Alzira (Valencia) en junio de 2007, en el cual sustrajeron 3.600 euros; otro robo en Murcia en marzo de este año, en el cual sustrajeron 1.700 euros y otro realizado en Denia (Alicante), también a principios del presente mes de marzo, en el cual sustrajeron 9.000 euros. También se les atribuyen otros tres robos cometidos en Alicante a lo largo de 2007 en los que se hicieron con un botín de 33.000 euros.

La subdelegada del Gobierno en Alicante, Encarna Llinares, y el comisario-jefe provincial del Cuerpo Nacional de Policía, Enrique Durán, informaron ayer de esta operación, denominada 'Nápoles' y que aún continúa abierta. Los arrestados carecían de antecedentes policiales en España, aunque se ha comprobado que formaban parte de un grupo de delincuentes internacionales con una amplio historial delictivo en Italia.

Al parecer, los delincuentes, que residían en los municipios alicantinos de Benidorm y Alfaz del Pi, podrían tener vinculación con la 'camorra' napolitana y perpetraban los robos entre las poblaciones de la Región de Murcia y la provincia de Valencia. Los miembros de la organización acudían por la mañana a entidades bancarias para observar a los clientes y seleccionar a aquellos que realizaban grandes reintegros de dinero para abordarles en la calle más tarde. En estos casos, si la víctima se marchaba en un coche, aprovechaban un semáforo en rojo para romper el cristal del vehículo y sustraer lo que había en su interior. Cuando el cliente se desplazaba andando, le daban un tirón para apoderarse de su bolso.

Por las tardes, los ladrones se trasladaban a otras localidades para vigilar joyerías e identificar a los representantes de joyas a los que robaban luego en la calle. Tras las detenciones, los agentes practicaron cuatros registros, uno de ellos en una pizzería, y recuperaron tres kilos de joyas de oro y plata, por una cuantía en el mercado de 42.000 euros. También han intervenido tres vehículos, uno de alta gama, otras tantas motocicletas y 12.000 euros, entre otros efectos.