El fallo considera probado que Antonio Díaz llegó en noviembre de 2006 de madrugada a su domicilio de Antigua (Fuerteventura), donde vivía con su esposa y tres de sus cinco hijos, dando gritos y portazos.

Entró en el dormitorio conyugal y le dijo a su mujer que quería mantener relaciones sexuales, a lo que ella se negó.

El condenado comenzó a gritarle que era su obligación, la inmovilizó y agarrándola por los pelos intentó penetrarla, pero no lo logró por falta de erección.

A continuación le dio la vuelta y, pese a la resistencia de la mujer, la inmovilizó y le mordió hasta 16 veces, pero tampoco logró sus propósitos por el mismo motivo.

En ese momento la tiró de la cama y un golpe contra la mesilla provocó a la mujer un traumatismo craneal y herida inciso contusa que precisó tratamiento de sutura.

Un hijo de la víctima fue, además, testigo del empujón que dio su padre a su madre, que fue encontrada por los guardias civiles que atendieron su llamada en una habitación oscura abrazada a sus dos hijos pequeños y con un cuchillo en la mano mientras gritaba "como te acerques te mato".

El tribunal ha declarado al hombre culpable de un delito de violación en grado de tentativa por el que lo condena a cinco años más tres por un delito de lesiones.

Además tiene prohibido acudir o residir en Fuerteventura y comunicarse con la víctima durante diez años, a la que debe indemnizar con 7.000 euros.