Al caer la tarde del viernes, un grupo de narcotraficantes desembarcó en la playa de Calabardina, en Águilas, un cargamento de hachís.

Ninguno de los narcos esperaba que la Guardia Civil conociera todos sus movimientos y que estos estuvieran a la espera del desembarco. Los narcotraficantes trasladaron el material a dos todoterrrenos, que esperaban en desembarco en las proximidades de la playa.

El grupo Especializado de Delincuencia Organizada y Antidroga de la Guardia Civil (EDOA) montó un dispositivo de persecución por la carretera que une el municipio aguileño con Calabardina.

En la persecución también colaboraron 16 efectivos de la Policía Local de Águilas, que en esos momentos se encontraban haciendo un control de ciclomotres en la entrada del municipio cerca de la gasolinera. En ese momento, se trasladaron a zona en la que se encuentra la rambla Elena y allí comenzó la persecución de los dos vehículos.

Un todoterreno despistó a los agentes y se desvió en dirección a Almería. El otro vehículo, conducido por un hombre de nacionalidad magrebí, se introdujo en el caso urbano a más de 160 kilómetros por hora. Al verse perdido, el conductor decidió abandonar el vehículo y se refugió en un edificio abandonado en la calle Lotería. Allí el hombre fue reducido por los agentes de la Guardia Civil. En el interior del vehículo se encontraban 923 kilos de hachís que fueron trasladados a las dependencias de la Guardia Civil en Águilas.

Fuentes cercanas a la investigación, indicaron que durante todo el día de ayer los agentes montaron un dispositivo especial para intentar localizar al otro vehículo que se les perdió. Asimismo, también buscan al resto de los narcos que realizaron el traslado de la embarcación a los vehículos en la playa Calabardina.

Asimismo, fuentes de la Guardia Civil indican que puede haber otros mil kilos más de hachís en el otro vehículo que los despistó cuando tomó dirección Almería.