El fuego, que comenzó anoche en una de las celdas tras un cortocircuito, se extendió rápidamente mientras el guardián de turno no se encontraba en su puesto, por lo que las víctimas no pudieron escapar de las llamas.

Agentes militares y vecinos lograron abrir un hueco para acceder a los presos, pero ya era tarde para socorrer a las víctimas, explicó la Policía Militar de Piracicaba.

La cárcel tiene capacidad para 18 presos, pero en el momento del siniestro había 22 detenidos, según las autoridades.

Los presos sobrevivientes, que se encontraban en tres celdas que no se vieron afectadas por las llamas, fueron trasladados a otras prisiones de Minas Gerais.

En la pequeña ciudad del interior de Minas, de 15.000 habitantes, no hay un cuerpo de bomberos, por lo que fueron los vecinos los que comenzaron a apagar las llamas usando cubos y un camión tanque.

El fuego sólo fue dominado por completo cuando llegó un equipo de bomberos de la vecina ciudad de Itabira, a 40 kilómetros de distancia.

El gobierno del estado de Minas y la alcaldía de Río Piracicaba ofrecieron hoy apoyo a los familiares de las víctimas y prometieron hacerse cargo de los gastos fúnebres.