Un hombre de 57 años murió la pasada madrugada tras ser apuñalado en el cuello, presuntamente por su hijo, mientras se encontraba en su domicilio en Alcalá de Guadaira (Sevilla).

La Policía Nacional detuvo al joven pasadas las doce de la mañana de ayer, martes; está previsto que hoy sea puesto a disposición judicial.

El joven, cuya identidad se corresponde con las iniciales A.D.P., tiene 27 años, mientras que el fallecido, A.D.G., maestro de escuela, tenía 57 años y, según las fuentes, padecía trastornos psíquicos, por lo que se hallaba de baja laboral.

A las 5.20 horas, el fallecido, al que le molestaban sobremanera el estallido de petardos que a esas horas seguían explotando en las cercanías de su casa, un chalé de la urbanización de clase media-alta de Pinares de Oromana, salió al jardín con una escopeta, con la que efectuó varios disparos al aire, con la idea de intimidar a quienes tiraban petardos.

Esta actitud provocó la indignación de su hijo, quien le llamó la atención, con lo que se enzarzaron en un forcejeo, en el que el joven le asestó varias puñaladas. Cuando llegó la Policía, los agentes encontraron al joven desolado y llorando, y éste les relató estos hechos. En un primer momento, la agencia Efe informó de que al llegar la policía la madre del joven les dijo que desconocía dónde se encontraba su hijo.

Según los vecinos, el fallecido, cuya esposa también es maestra de escuela, padecía de depresión, y además del hijo detenido el matrimonio tiene otras dos hijas.

"Un comportamiento normal"

A la familia no se le conocían disputas y todos mantenían un comportamiento normal, según los vecinos, quienes también han asegurado que el joven ahora detenido trabaja en Barcelona y que había llegado al hogar familiar para pasar las fiestas navideñas.

Una dotación policial permanecía ayer en las puertas del chalé, impidiendo a los periodistas que se aproximaran a la vivienda, y el cadáver fue levantado a las 12.40 horas, cuando fue trasladado en un furgón.