Los personas, padre e hijo, murieron en una explosión de gas butano ocurrida en la noche del domingo en una vivienda del barrio de Villarromán de Cuenca, que obligó también a desalojar a varias familias que ocupaban viviendas colindantes.

La explosión tuvo lugar hacia las 23.30 horas en una vivienda situada en el portal número 3 de la avenida del Mediterráneo, en la que murió en el acto el agente jubilado de la Policía Nacional A. H., de más de 50 años. Su hijo, R. H. G., de 27 años, que resultó herido en la explosión, murió hacia las tres de la madrugada en el hospital Virgen de la Luz de la capital conquense, cuando estaba siendo intervenido de traumatismo torácico y abdominal severo.

Ambos salieron despedidos de la vivienda y cayeron a la calle, junto con los tabiques, ventanas y enseres de la casa, debido a la violencia de la explosión.

Testigos presenciales contaron que el joven cayó sobre un árbol situado bajo la casa, lo que pudo amortiguar el impacto.

El cuerpo sin vida del padre quedó tendido en la calle en medio de los cascotes hasta que el juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver hacia la 1 de la madrugada.

Además, una joven que vivía en el piso quinto del edificio afectado tuvo que ser atendida por haber sufrido rasguños.