
Biometano: una energía renovable que impulsa el entorno rural
Es una de las piezas clave en la transición energética global, no solo por su capacidad de complementar al gas natural, sino también por su impacto positivo en las zonas rurales

Planta de biometano / Fundación Repsol
Según el informe 'Perspectivas para el Biogás y el Biometano' de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), estos dos gases son una fuente de energía con un gran potencial, ya que podrían generar tanta energía como la que representa una cuarta parte del gas natural que consume el mundo en la actualidad. Esta fuente de energía renovable ayuda a reducir emisiones, además de ofrecer soluciones locales con beneficios sociales, económicos y ambientales.
Francesc Xavier Boya, secretario general para el Reto Demográfico del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) señala que con las plantas de biogás y biometano "se abren nuevas oportunidades para territorios vaciados y olvidados, que poco a poco pueden volver a ser territorios de oportunidad" y señala que "el biometano es una palanca estratégica de dinamización de territorios castigados durante décadas y que tienen que ver con nuestra historia, para volver a crear oportunidades en los territorios rurales y atraer el talento joven".
Este tipo de instalaciones suponen un polo de atracción de emprendimientos agrícolas, ganaderos y de la industria agroalimentaria, ya que además les ofrece una solución de proximidad a la gestión sostenible de sus residuos.
En España hay varios ejemplos, como la futura planta de biogás de Lliria (Valencia) o la planta de biogás en Alcarràs (Lleida), impulsada por ganaderos locales, que ha atraído a otras empresas a la zona, como una compañía que ubicará sus instalaciones de 6.000 m² en esta localización, para producir fertilizantes orgánicos a partir de los digestatos.
En Europa hay más de 1.500 plantas inyectando biometano a la red de gas natural, que suponen un gigantesco caso de éxito a nivel continental, sobre el que se puede construir el futuro caso de éxito de España. "España tiene un gran potencial de residuos y espacio como para poder convertirnos en la segunda potencia europea en la producción de biometano", afirma Tomás Malango, director de Combustibles Renovables y Economía Circular de Repsol, que añade que para avanzar en este camino "la colaboración público-privada es esencial".
Combustible de origen renovable
El biometano se obtiene a partir del biogás producido de la digestión de residuos orgánicos, como los procedentes de la ganadería o la industria alimentaria, mediante un proceso natural. Además, en este proceso biológico, se obtienen fertilizantes que se pueden usar en la agricultura. El biogás está compuesto principalmente por metano y dióxido de carbono, y al extraer este último, se obtiene el biometano.
Una planta de biometano moderna no solo reduce la huella de carbono, sino que también incluye tecnología y técnicas que evitan la emisión de olores. No son plantas de acumulación de residuos, son centros de transformación, donde a partir del residuo se obtienen nuevos productos energéticos.
Asimismo, el biogás y el biometano destacan por su capacidad de producción local, que puede contribuir a reducir la dependencia energética externa. El informe de la AIE asegura que las tecnologías necesarias están maduras y probadas.
Producción y sinergias de este modelo energético
El biometano puede inyectarse en redes de gas sin necesidad de modificar infraestructuras, facilitando así su incorporación inmediata al mix energético. Por su parte, el biogás puede emplearse directamente en calefacción y generación eléctrica.
Sin embargo, a pesar de sus múltiples beneficios, actualmente solo se aprovecha el 5% del potencial disponible de la materia prima para generar biogás y biometano. Según la AIE, se estima que la producción global podría alcanzar los 1.000 millones de metros cúbicos anuales, cantidad que equivale a un 25% del consumo de gas natural mundial, si se aprovechasen materias primas como desechos agrícolas, residuos urbanos y efluentes orgánicos.
Además, la AIE estima que la producción de biometano podría multiplicarse por cinco si se aplican marcos normativos y fiscales adecuados, manteniéndose competitiva con los precios actuales del gas. Desde 2020, más de 50 políticas públicas en todo el mundo han impulsado su crecimiento, destacando su papel clave en la resiliencia energética, la economía circular y la transición energética global.
Acto sobre el biometano y el desarrollo rural
Para abordar todas estas cuestiones, Fundación Repsol organizó recientemente un evento junto al Institut Cerdà, titulado 'El papel del biometano en el desarrollo rural', (disponible en openroom.fundacionrepsol.com), con la participación de varios expertos y representantes de la administración pública, como Francesc Xavier Boya, secretario general para el Reto Demográfico del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), Cristina Vicent, subdirectora de la Dirección General de Educación y Calidad Ambiental de la Generalitat Valenciana, Luis Puchades, presidente de la Asociación Española del Biogás AEBIG, Tomas Malango, director de Combustibles Renovables y Economía Circular de Repsol; Berta Cabello, directora de Combustibles Renovables de Repsol; Amparo Martínez Sarrión, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR) de la Comunidad Valenciana, Carlos Cabrera, vicepresidente del Institut Cerdá, Gabriel Butler, CEO de Genia Bioenergy, entre otros expertos tanto de la industria del biogás como del desarrollo rural.

Evento de Fundación Repsol junto al Insituto Cerdá / Fundación Repsol
En este sentido, Carlos Cabrera, vicepresidente del Institut Cerdá señala que "se trata de proyectos que se explican por la vinculación directa con el entorno rural que les rodea. Aportan desarrollo rural porque ayudan a la competitividad del sector primario y generan empleo".
Asimismo, los participantes analizaron algunos de los beneficios que podrían aportar a los municipios cercanos las plantas de biometano. La vida útil de una planta de biometano es de más de 20 años y requiere de varios servicios de transporte, mantenimiento u hostelería, entre muchos otros, lo que ayuda a la creación de oportunidades laborales en el territorio. Además, suponen una alternativa para cumplir la normativa europea de eliminar los vertidos de residuos orgánicos a vertedero, pudiendo llevar allí sus residuos sólidos orgánicos de origen urbano (FORSU), lodos de depuración e incluso restos de poda.
Luis Puchades, presidente de la Asociación Española del Biogás AEBIG concluye que "los proyectos de biometano tienen que ser modélicos y estar muy bien integrados con su entorno agroalimentario y establecer relaciones 'win to win', y en España tenemos todas las herramientas para poder hacerlo: las tecnologías, las empresas serias, la universidad y los centros de investigación".
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