Patricia Campos (Onda, Castellón. 1977) se convirtió en 2005 en la primera mujer en pilotar un caza de combate del Ejército de España. Once años después abandonó el servicio, harta del machismo y de tener que ocultar que era lesbiana. Y siguió abriendo camino para ser la primera española en entrenar en la mejor liga de fútbol femenino, la de EEUU, e impulsar proyectos para acabar con la discriminación por razones de sexo, tanto en África como en España, a través del deporte. Sabe mucho de superación, de luchar contra los elementos, de romper barreras, para cumplir sus sueños. E invita a otras mujeres a seguir sus pasos. Este sábado visitó El Campello para ofrecer la conferencia "Mujer, deporte y empoderamiento", organizada por el Ayuntamiento con motivo de 25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

-¿Cómo puede ayudar el deporte a acabar con la discriminación por cuestiones de género u orientación sexual?

-Siempre he hecho deporte con hombres y mujeres, pero de pequeña lo tenía más complicado porque no te dejaban por ser mujer. Por ejemplo con nuestra ONG Goals for Freedom organizamos pachangas mixtas, con mujeres víctimas de violencia machista, enfermos mentales, migrantes… Y el fútbol y otros deportes ayudan, tanto física como emocionalmente, a superar esta discriminación. 

-¿Cómo se puede luchar contra la violencia machista?

-La base es la educación, tanto en casa como en la escuela. Pero si hay un discurso diferente en la escuela que en casa, si en casa se pega a la mujer o no se la respeta, la educación en la escuela no sirve.

-Sus dos pasiones son el fútbol y volar, dos ámbitos donde manda la testosterona. ¿Cómo se gestiona entrar en mundos tan masculinizados? 

-Es lo que siempre me ha gustado, independientemente de que sean mundos muy masculinizados. Y con lucha y perseverancia se puede lograr cualquier meta. Me presenté a la oposición para piloto del Ejército, éramos 200 y solo 2 plazas, y yo obtuve una. Y estaba sola, y era todo muy difícil, siempre tenía que ser perfecta, las 24 horas, no te veían como una profesional por el hecho de ser mujer. Y no tienes otro remedio que protegerte. 

-¿Cómo se logra ser la primera mujer piloto de caza de combate del Ejército?

-Pues creyendo y luchando independiente de lo que digan los demás, que si es muy difícil, que si no hay mujeres… 

-¿Era consciente del techo de cristal que rompía? 

-Yo lo hice porque lo que quería era volar, era mi sueño y lo conseguí, es muy duro, pero no me arrepiento. Me gustaba volar y el fútbol, y quise hacerlo. 

-Sigue siendo la única mujer que ha pilotado un avión a reacción de la Armada. ¿Fue un grito en el desierto? ¿Ha servido para abrir el Ejército?

-Lo dejé en 2016, siendo la primera mujer, y no ha habido ninguna más. No he roto ningún techo, ni ha servido para abrir el Ejército, pero sí que ha servido para que se visibilice que las mujeres podemos alcanzar cualquier profesión. Ha servido para empujar a otras a cumplir sus sueños. 

-Su orientación sexual la mantuvo oculta hasta que dejó el Ejército. Muchos de sus compañeros y superiores le hicieron la vida imposible por ser mujer. ¿Qué hubiera pasado si hubieran sabido que además era lesbiana?

-Tenía 25 años, no había entonces redes sociales, estaba completamente sola. Si ya solo por el hecho de ser mujer me hacían la vida imposible, imagínate si llegan a saber que era lesbiana. Lo oculté por miedo, inseguridad. Ahora no actuaría igual, soy más mayor, tengo más información...

-En 2016, con solo 39 años, renunció a su sueño de seguir volando. ¿Fue por ese acoso y discriminación o hubo más razones?

-Yo sigo volando, no militarmente, pero sigo haciéndolo. Me di cuenta que compartía vida con gente con otros valores. Me gusta volar, me gusta el deporte, y sigo haciéndolo. Y yo creo que las cosas pasan por algo, es un camino, y creo que al final hay algo bueno.

-¿Su libro “Tierra, Mar y Aire”, publicado en 2016, fue una liberación?

-Fue un acto de responsabilidad. Me iba del Ejército dando un portazo, y era necesario para decir cómo estaban las cosas, para poder cambiar, y que otras personas que pasen por lo mismo sepan que no están solas. Recibí muchos mensajes de apoyo y de gente que necesitaba ayuda, saber que no estaba sola.

-Tras dejar el Ejército se convirtió en la primera española en entrenar en la liga de EE UU de fútbol, su otra gran afición desde pequeña. Un país donde se mima mucho más el deporte femenino. En los últimos años el fútbol femenino ha ganado mucho en adeptos y visibilidad en España ¿Cree que es posible seguir creciendo y acercarse al masculino?

-En EE UU tienen muchos seguidores, las marcas respaldan el fútbol femenino… allí el fútbol americano -rugby- es el deporte masculino y el soccer -el fútbol- el femenino. En España está creciendo pero va más lento. Va ganando en visibilidad, los partidos de la selección los sigue mucha gente…

-¿Y qué opina de la polémica de las 15 jugadoras que han dejado la selección por su entrenador Jorge Vilda?

-Como ellas no se han manifestado, no han explicado sus motivos, no sabemos lo que ha pasado. Solo ha hablado él, y me gustaría saber qué tiene ellas que decir. La cultura en el fútbol femenino y masculino es diferente. En el masculino, si un entrenador no gana, se le echa.

-¿Qué le parece que un país como Catar, donde no se respetan los derechos de las mujeres ni de la comunidad LGTBI, acoja el Mundial? ¿No es un ejercicio de hipocresía?

-Es mucho más que un acontecimiento deportivo. En el ámbito femenino hemos visto casos de renuncia a la selección por principios, en el masculino no. 

-¿Y cómo es posible que sigan sin salir futbolistas del armario?

-Con el número de licencias que hay no se entiende.

-Primero Ejército, luego fútbol y ahora África, embarcada en nuevos proyectos para mejorar los derechos de las mujeres y de los niños y niñas. ¿En qué consiste Goals for Freedom?

-Con Goals for Freedom, mediante el deporte, hacemos felices a las personas. Es una ONG pequeña, de solo cinco personas. Y jugamos en Uganda, donde estamos construyendo una escuela. Participan en los partidos mujeres, algunas con SIDA, hombres… y esto cambia la forma de ver las cosas. Y en Valéncia organizamos pachangas tres días a la semana, con migrantes, víctimas de violencia machista… y esto les hace sentir bien.

-¿Qué supone haber recibido este año la Medalla de Oro del Mérito Deportivo?

-Estoy muy agradecida por ello, noto el cariño de la gente, el apoyo para seguir adelante, visibilizando la labor de las mujeres

-¿Se ve luz al final del túnel o queda mucho aún por recorrer para poder hablar de una igualdad efectiva?

-Se va avanzando pero queda muchísimo, seguimos teniendo miedo de caminar por la noche solas…

-Su padre no le dejaba jugar de niña al fútbol. ¿Qué le diría a esas niñas que a las que les gustaría seguir sus pasos, ya sea en el Ejército, en el deporte o en otro ámbito? 

-Que sigan con sus sueños, luchen con todas sus fuerzas y hagan lo que quieran de verdad. 

-¿Y a los padres?

-Que las dejen cumplir sus sueños, igual que ellos han seguido su camino, las dejen seguir el suyo.