Los costes directos asociados a patologías vinculadas a salud mental llegarían a ser hasta un 30 por ciento mayores en 2025 que en la actualidad, según ha calculado un estudio de la consultora IQVIA.

El informe aborda la salud mental en España, una causa importante de incapacidad que tiene consecuencias en la disminución de la calidad de vida de la población y un importante impacto socioeconómico.

Ansiedad y depresión cada vez más comunes

Según el estudio, el impacto económico de la ansiedad y depresión decreció de 2019 a 2020 de 1.307 millones de euros a 1.189 millones de euros, lo que supone un 9 por ciento menos, pero en 2021 sufrió un aumento del 27 por ciento, alcanzando 1.514 millones de euros.

El estudio pone de manifiesto que durante el primer año de la pandemia de COVID-19, el 2020, aumentaron en un 67 por ciento el número de contactos con servicios de urgencias relacionados con problemas de ansiedad.

Así, el informe vaticina que si la cantidad de diagnósticos sigue aumentado con el ritmo actual, en 5 años el número de jóvenes (entre 15 y 25 años) con ansiedad o depresión se habrá multiplicado por 5, superando el millón de pacientes.

La prevalencia de este tipo de trastornos se estima que es del 13 por ciento aproximadamente de la población española mayor de 14 años, de acuerdo a las bases de datos de IQVIA que recogen el número de pacientes que acuden al Sistema Nacional de Salud (SNS).

5,7 millones de diagnosticados

En valores absolutos significa que 5,7 millones de personas mayores de 14 años están diagnosticados con este tipo de trastornos en España. Además, se estima que cada año, entre 2017 y 2021, los trastornos de ansiedad y depresión han afectado a un rango de 1,8 y 2 por ciento de población adicional.

De acuerdo con la encuesta de salud mental realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), durante la pandemia aumentó el porcentaje de la población con sensación de estar decaído o deprimido, con problemas para dormir y poca alegría o interés por hacer las cosas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como el estado de bienestar en el cual la persona es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.