Un informe del Instituto del Agua de la Universidad de Alicante sobre la aplicación de la energía fotovoltaica en la gestión de los embales, balsas y canales de riego en la provincia, vinculados a los postrasvases del Tajo-Segura y Júcar-Vinalopó, revela que la instalación de los planes solares flotando sobre el agua evitaría la evaporación del agua, un fenómeno disparado por las ola de calor, reducirá en torno a un 15% la factura eléctrica y posibilitaría cubrir el 20% del gasto energético con energía limpia y recursos propios. Esta opción, en plena escalada de la factura eléctrica, caudruplicada en los últimos doce meses, tiene cobertura legal desde el pasado mes de mayo, gracias a un decreto del Gobierno para facilitar la instalación de plataformas flotantes en el dominio púbico hidráulico.

La primera iniciativa ha comenzado a moverse en el Campo de Elche con un proyecto para instalar placas en un pequeño embalse de la pedanía de la Peña de las Águilas. "El objetivo es bombear el agua desde el pantano de Crevillent por el día gracias a esta energía y conseguir ahorros de hasta el 80%. Vamos a aprovechar una subvención del Gobierno a cuenta de los fondos Next Generation", apunta Ángel Urbina, presidente de la comunidad de regantes. El Consorcio de Aguas de la Marina Baja solicitó también permiso para instalar una planta solar fotovoltaica flotante en el embalse de Guadalest, para autoconsumo, ya que dicho embalse, se llenan gracias a los pozo de la comarca.

El embalse de Guadalest tiene un agua de gran calidad, embalse oligotrófico, debido a que se inyecta el agua a través de las instalaciones del Consorcio de Aguas de la Marina Baja, mediante pozos y bombeo, que están prácticamente en funcionamiento las 24 horas del día, los 365 días del año para el uso de la demanda mayoritariamente de abastecimiento en la comarca de la Marina Baixa. El embalse ocupa una superficie de 67 hectáreas con capacidad de almacenamiento de 13 hm3.

Recordar, en este sentido, que en los últimos meses el coste de la luz se ha descontrolado para los agricultores alicantinos. Una comunidad de regantes ha pasado de pagar unos 50.000 euros al año de luz en 2021 a 160.000 en 2022, según cálculos de la Junta Central de Usuarios del Júcar-Vinalopó y el Scrats. La Generalitat apoya la idea, según apuntan fuentes de Presidencia.

El profesor y director del Instituto, Joaquín Melgarejo apunta, además, que el coste de la inversión se amortiza en cinco años y subraya que esta iniciativa contribuiría, también, a impedir la formación de algas. La provincia, al margen de los canales riego, cuenta con cuatro grandes embalses, La Pedrera, Amadorio, Guadalest y Beniarrés, que ocupan una superficie de 17 millones de metros cuadrados (1.700 hectáreas), de los que 5,6 millones podrían instalar placas (un tercio del total) con una potencia de entre 60 y 200 watios. A nivel provincial, la única iniciativa aproximada a medio plazo es la lanzada por el Ministerio para la Transición Ecológica, que ha anunciado una inversión de 70 millones de euros para incorporar la energía fotovoltaica para el funcionamiento del trasvase Júcar-Vinalopó.

Los embalses pueden servir como almacenes para guardar la energía fotovoltaica que durante las horas de sol puede producirse mediante placas fotovoltaicas colocadas aprovechando su superficie horizontal sobre los embalses, que son dominio público, por lo que no son necesarias nuevas expropiaciones, ni utilizar otras superficies de terreno que pueden destinarse a otros usos, según explicó el ingeniero Francisco Javier Flores durante el congreso de Albatera.

De esa forma se reduce la evaporación y, además, puede hacerse compatible la producción de energía con los restantes usos, algo que la escasez de recursos, hasta ahora, no ha permitido. El procedimiento estudiado también permite aumentar los recursos disponibles y la capacidad de regulación de los propios embalses, ya que con los bombeos pueden recogerse en el embalse aportaciones de aguas abajo procedentes de afluentes que se incorporan después de la salida de la central.

La agricultura de regadío se ha desarrollado en la zona de España donde el agua es más escasa y por ello también ha sido el territorio en el que la productividad del agua obtenida es más alta, debido al buen uso del agua de riego. Si los incrementos de disponibilidad del agua deben aplicarse prioritariamente donde existen problemas de escasez y donde el interés general es mayor, es indudable que la agricultura debe beneficiarse también.

La normativa española contempla un máximo de tres plantas por embalse y una cobertura parcial según el estado trófico de cada uno: cuanto peor sea la calidad de sus aguas, mayor podrá ser su cobertura. Se limitará el porcentaje máximo de superficie total cubierta a un 5% si el embalse está catalogado como mesotrófico, es decir, si tiene un nivel moderado de productividad biológica; a un 15 % si es eutrófico (con una productividad biológica alta) y a un 20% si es hipereutrófico (nivel aún más alto de productividad biológica). “No se instalarán plantas en embalses oligotróficos (con poca productividad biológica y por tanto buena calidad del agua), ni en lagos o lagunas de origen natural”, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, recogida en un informe del BBVA

Los paneles solares flotantes utilizan los mismos componentes que los terrestres, La única diferencia radica en su estructura de fijación, compuesta por unos sistemas de flotación anclados con pesas al fondo, lo que permite un mínimo movimiento, necesario para que la instalación se mueva con el agua, que sube y baja de nivel continuamente.

El diseño de la instalación solar fotovoltaica está constituido por la repetición del campo de paneles solares que alimentan a un inversor de corriente continua a corriente alterna. De esta forma, se determina la unidad básica de módulos que alimentan al inversor, y esta unidad básica se replica tantas veces como cantidad de energía se quiere producir.

El campo de módulos solares que alimentan al inversor se dimensiona definiendo el número de módulos en serie en cada línea, de forma que cada módulo solar incrementa el voltaje de la corriente continua en la línea. Y por otro lado, el número de líneas en paralelo que incrementa la intensidad de corriente continua que llega al inversor.

El número de módulos en serie y el número de líneas en paralela se determina para optimizar el funcionamiento del inversor dentro de la ventana de funcionamiento de este y garantizando la seguridad del mismo. Para ello se consideran las condiciones extremas del clima y de radiación solar, dado que en condiciones de frio aumenta el voltaje en los módulos solares y esto puede producir que se exceda el máximo voltaje admisible por el inversor. De igual forma, en condiciones de día despejado la irradiancia es mayor y ello produce una mayor corriente eléctrica continua que puede sobrepasar la máxima intensidad admisible en el inversor.

Desde el 1 de enero se han generado en España más GWh que en todo el año pasado con la fotovoltaica (20.954 GWh), así que tenemos un nuevo récord. Para poner esta cifra en contexto, es más del doble de lo generado en 2019 y casi el triple de lo generado en 2018. Efectivamente, el calor no es el mejor aliado de las placas solares, pues empiezan a perder eficiencia y no se trata de que el sol esté abrasando, sino de horas de radiación solar. Un factor que sin duda explica este aumento de producción es el aumento de la capacidad instalada.

Con los datos de REE de este mes comprobamos que la energía solar fotovoltaica (16.959 MW) está disputando ya el tercer puesto de la más importante a la hidroeléctrica (17.094 MW). Por delante quedan la eólica, con 29.535 MW, y las centrales de ciclo combinado, con 26.250 MW. En otras palabras, la fotovoltaica se está acercando al 15% del mix energético español por capacidad. Las renovables ya suponen dos tercios de la capacidad de generación en España.

En este sentido, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, inauguró este miércoles la primera planta fotovoltaica de la Albufera de Valencia. Una instalación "innovadora" y "vanguardista" que refleja que es "absolutamente compatible" el uso de las energías renovables con la protección medioambiental de espacios como este parque natural. La instalación fotovoltaica ubicada sobre unos almacenes de arroz permitirá bombear agua para riego, Con esta planta, que ha sido cofinanciada por la Generalitat, se ha demostrado que existe un impacto "nulo" desde el punto de vista del medio ambiente, que, sin embargo, es "positivo" para a avanzar en la descarbonización y para abaratar los costes, sostiene Puig.

“Las renovables ya no son una decisión arbitraria; sí o sí que las necesitamos”, señala el jefe del ejecutivo valenciano, que ha añadido: “Tenemos en este sol el petróleo del siglo XXI y la Comunidad Valenciana puede pasar de ser compradora de combustible fósil a ser exportadora de energía renovable”. Además, el presidente ha indicado también que "el mejor garante del medio ambiente es el agricultor", y ha añadido que la soberanía alimentaria es "fundamental" para asegurar la calidad de lo que se consume. Por ello, ha señalado que el Consell apuesta por "una agricultura propia, potente y cada vez mejor". 

La iniciativa a nivel estatal es muy reciente, pero en otras zonas del mundo como California, en Estados Unidos, todo está muy avanzado donde los científicos calculan que un sistema puede reducir la evaporación anual y ahorrar algo más de 246.000 millones de litros de agua al año, suficientes para regar más de 20.000 hectáreas de cultivo o satisfacer las necesidades de más de dos millones de personas. También podría proporcionar unos 13 gigavatios de capacidad de energía renovable, que es aproximadamente la mitad de las nuevas fuentes que California necesita sumar para cumplir sus objetivos de electricidad limpia –60 % de renovables para 2030, 100 % para el año 2045–, según las estimaciones de los investigadores.