Jorge Molina abrió la cuarta de feria en Calasparra. Poca cosa con el capote ante un novillo de excelente presentación de la ganadería de El Pincha. Bien en varas y con un puyazo bastó. En la misma línea la suerte de banderillas para comenzar con la muleta, como mandan los cánones, doblándose y dándose hacia delante para proseguir con el toreo en redondo que no caló en los tendidos, hasta que se echó la muleta a la izquierda, donde cuajó buenas tandas, arrancando los primeros olés del público.

Estocada atravesada que precisó de verduguillo. Silencio. En su segundo, faenón con la muleta donde abrió la lata del toreo clásico por ambos lados, pleno de temple y quietud, calando poco en los tendidos porque faltó un pellizco de ‘alma’. Erró en los aceros, lo que le privó del premio. Saludos desde el tercio tras aviso

Muy torero estuvo El niño de las monjas en los lances de recibo ante un novillo vareado, aunque con astifinas defensas. Recibió un largo castigo en varas. El burel se fue arriba tras la suerte de banderillas, acometiendo con codicia la muleta del valenciano, que hizo a la perfección el toreo en redondo, en muletazos de trazo larguísimo. Por la izquierda, se quedaba a media altura, por lo que regresó a la derecha para cerrar la faena con tres manoletinas.

Estocada en el rincón que precisó uso del verduguillo. Una oreja y el novillo aplaudido en el arrastre. Su segundo se le paró en el tercer muletazo, aunque el valenciano refrendó que tiene una mano derecha que le puede dar muchos triunfos, como el trofeo de este toro.

Toreo del caro destiló Marcos Linares en su primero, al que lanceó con garbo y gusto con el capote, llevándolo al caballo por chicuelinas, para después realizar otro más de alto nivel. Se desmonteraron Joselito Rus y Pascual Mellinas. Basó la faena de muleta en el pitón izquierdo, donde dibujó seis tandas de naturales memorables, perdiéndolo solo un paso a cada muletazo ante un novillo extraordinario. Concluyó de estocada trasera, que necesitó el uso del verduguillo en varias ocasiones, lo que le hizo perder los trofeos. Ovación y vuelta al ruedo, y vuelta al ruedo al novillo. El que cerró plaza enjaretó una faena a base de raza y coraje ante el toro más grande del festejo. Obteniendo premio excesivo de un trofeo. El Pincha, excelente presentación. Aplaudido el segundo, vuelta al ruedo al tercero.