El pico de actividad de las famosas Perseidas, también conocidas como lágrimas de San Lorenzo, quedará opacado por su coincidencia con la luna llena de la noche del 11 de agosto. El brillo del satélite terrestre dificultará la observación de la comúnmente llamada lluvia de estrellas –realmente se trata de irradiación de meteoros–, pero estos últimos días de julio presagian otros eventos prometedores en el mundo de la astronomía.

Las condiciones para presenciar el espectáculo astronómico de las Delta Acuáridas del Sur y las Alfa Capricórnidas en la Región serán idóneas. La Luna no molestará en absoluto, alineada con el Sol en coincidencia con el inicio de su fase creciente, por lo que se podrá disfrutar de noches de total oscuridad si el observador se aleja lo suficiente de los núcleos urbanos.

El fenómeno astronómico de Alfa Capricórnidas comenzó el pasado 3 de julio y finalizará el 15 de agosto, mientras que la actividad de Delta Acuáridas transcurrirá entre el 17 de julio y el próximo 23 de agosto, por lo que los picos de actividad de ambas lluvias de estrellas coinciden en las noches del 28 y el 29 de julio, es decir, hoy y mañana.

Estos dos fenómenos astronómicos son más caprichosos en número que las ilustres Perseidas, que cuentan con una tasa horaria cenital de aproximadamente 100 meteoros, pero la espectacularidad de las estrellas fugaces que dejan estas lluvias presagia dos jornadas apasionantes para los amantes de la observación astronómica.

Alejarse de la contaminación lumínica y paciencia, las dos claves para observar las estrellas fugaces

«El cometa progenitor de las Delta Acuáridas del Sur, el 96P/Machholz, acaba de renovar el enjambre de partículas que da lugar a su lluvia de meteoros. La Tierra se dirige de lleno al núcleo de este enjambre, a la zona más densa, por lo que se espera una tasa horaria cenital muy elevada que puede dejar una gran cantidad de meteoros por hora», explica Pedro Andanuche, de Astromurcia.

Además, las Delta Acuáridas tienen una particularidad que puede dejar imágenes espectaculares. Aproximadamente, uno de cada diez meteoros en este fenómeno astronómico dejan tras su paso una estela persistente; una rara avis entre las lluvias de estrellas que puede facilitar su identificación en el firmamento.

Por otro lado, las Alfa Capricórnidas, procedentes del cometa 169P/NEAT y menos abundantes que las Delta Acuáridas, están asociadas a los bólidos, meteoros inusitados, muy brillantes, que lucen sobre el cielo como grandes bolas de fuego capaces de iluminar la noche del campo de observación en su totalidad.

Quien desee presenciar estas lluvias de estrellas fugaces debe acudir armado de paciencia a un sitio alejado de la contaminación lumínica, como zonas rurales con amplios espacios que permitan un mayor campo de visión para facilitar el avistamiento de meteoros. También se recomienda llegar al lugar de observación una media hora antes del momento en el que se desee comenzar a observar para que nuestros ojos se adapten a la oscuridad y sean capaces de detectar la fugacidad de las estrellas.

Observación de la EEI Siguiendo la estela de estas precipitaciones fugaces, estos días también van a ir acompañados de un par de oportunidades idóneas para observar la mayor estructura espacial construida por la humanidad surcando el cielo de la Región: la Estación Espacial Internacional.

El paso de la EEI es un fenómeno diario, pero sólo un par de días al mes cuentan con las condiciones excepcionales para observar la estructura espacial a plena luz del día como un punto del brillo de Venus en movimiento.

Aunque para avistar la EEI basta con encontrarla en el cielo a simple vista –aviso, es un objeto esquivo–, la altura es un factor favorable para una mejor observación del satélite, puesto que permite evitar buena parte de las turbulencias atmosféricas que pueden degradar la imagen, como la bruma o la capa de polvo en suspensión procedente de la contaminación de las urbes.

Realmente, si se desea disfrutar de algún detalle de la Estación Espacial –es decir, ver algo más que un punto brillante que orbita a más de 400 km de altura, a 280.000 km/h y con varios astronautas dentro–, se requiere de un telescopio superior a los 1.000 mm de aumento, objetivo teleguiado y cierta experiencia.

Los dos momentos propicios para avistar el singular brillo motriz de la EEI en los próximos días en Murcia serán este viernes, 29 de julio, a las 23:18 con elevación Oeste-Noroeste y el 2 de agosto, a las 21:41, con elevación Sureste.