El Gobierno de Castilla y León ha informado esta tarde que el voraz incendio que asola la sierra de la Culebra (Zamora) ha obligado a cortar la conexión de AVE entre Madrid y Galicia. La decisión se tomó poco después de las 16.00 horas de este sábado cuando el fuego saltó la carretera N-631 a las puertas del pueblo Otero de Bodas. "Está previsto cortar la línea férrea del AVE de Ourense a Zamora". Este corte, con carácter sine die, se ha establecido por razones de seguridad. Los trenes Alvia, al poder viajar por el trazado antiguo, podrán seguir operando.

La situación ha afectado directamente al tren AVE 5382 Ourense-Madrid y al Alvia 255 Madrid-Vigo. El primero se encuentra detenido en Sanabria AV y el segundo en Zamora. Para los pasajeros afectados por esta situación se ha establecido un plan alternativo de transporte con transbordos por carretera entre ambas estaciones.

Este incendio ya es oficialmente el mayor desastre ecológico ocurrido en la provincia desde hace décadas. Desde el viernes, todos los elementos meteorológicos se han conjugado para empujar el avance del fuego y reavivar focos antes controlados. La Junta estima quelas llamas han quemado 19.700 hectáreas, según las mediciones provisionales del helicóptero a las 9.43 horas. El operativo ha desplegado 111 medios y mantiene a 480 profesionales trabajando en coordinación con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), la Unidad Militar de Emergencias (UME), y las comunidades de Galicia, Cantabria, Extremadura, Madrid y Castilla la Mancha. Los vecinos de siete de los quince pueblos desalojados ayer han podido regresar a sus hogares. La bajada de la intensidad de alguna de las zonas del incendio ha permitido que las labores de extinción realizadas en la noche de hoy afiancen algunas zonas del perímetro, aunque el incendio sigue activo y en Nivel 2 de gravedad.

La situación preocupa ahora en el entorno de Otero de Bodas, por donde transcurre el trazado del AVE. Allí se han ordenado nuevas evacuaciones en los municipios de Olleros de Tera, Calzadilla de Tera y Pumarejo de Tera. El incendio todavía está lejos de alcanzar la A-52, la principal vía de comunicación por carretera del sur de Galicia con la Meseta. Aunque los conductores pueden percibir el humo y el olor a quemado al circular por la zona, el fuego todavía está a unos 7 kilómetros de la autovía. Además, el río Tera y el embalse de Nuestra Señora del Agavanzal se interponen entre la carretera y las llamas.

Un cóctel meteorológico mortal

La capacidad destructiva del incendio se debe a las condiciones meteorológicas excepcionales. La tormenta seca que generó los primeros focos sucedió durante una ola de calor con temperaturas de récord, cercanas a los 40 grados, y rachas de viento de más de 40 kilómetros por hora que empujaban el viento en varias direcciones.

En la noche del jueves al viernes la velocidad del viento aumentó, superando de todas las previsiones. Esto reavivó algunos focos que ya estaban controlados: el viento levantaba del suelo materia vegetal incandescente, que es desplazada y provoca varios focos nuevos. Solo en la noche del jueves al viernes se quemaron más de 6.000 hectáreas, según explicaba ayer el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz.

El viernes por la mañana una calma relativa permitió a los medios terrestres crear “contrafuegos” alrededor de los incendios: se trata de quemas controladas para que las llamas virulentas solo encuentren tierra quemada y no puedan ocupar más superficie.

El incendio de Zamora, descontrolado

El incendio de Zamora, descontrolado Agencia ATLAS | Foto: EFE

Hacia las tres de la tarde la mayoría de los efectivos se concentraban a Villardeciervos, donde estaba la cabeza del incendio, ya que se a partir de las cuatro se preveían vientos de más de 70 kilómetros por hora desde el sur, que podrían extender el frente en dirección norte, algo que se pretendía evitar.

Finalmente, a lo largo de la tarde el fuego creció en dirección a Villardeciervos y entró en el casco urbano quemando una casa deshabitada y un tejadillo, y obligó a desalojar los pueblos vecinos de Cional y Codesal.

Por otro lado, la llegada del frente a Villardeciervos obligó a Medio Ambiente a desalojar su propia base aérea en este municipio, ante el riesgo de que el fuego hiciera explotar el tanque de combustible para los helicópteros.

Paralelamente, otro foco más al sur se fue acercando con gran virulencia hacia Ferreras de Abajo y Litos. La Junta ordenó la evacuación de Ferreras de Abajo y el corte de la circulación en la carretera N-631.