Una investigación publicada en la revista 'The Journal of Clinical Investigation' por el grupo de la doctora Maria Caffarel, investigadora Ikerbasque y Miguel Servet, y jefa del Grupo de Cáncer de Mama del Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia, ha descubierto un mecanismo que explica cómo las diferentes células de los tumores de mama se comunican entre sí.

La citada investigación demuestra por primera vez que la citoquina proinflamatoria Oncostatina M (OSM) "favorece la progresión del cáncer de mama y la metástasis, haciendo de mensajera entre distintas poblaciones del microambiente tumoral".

Según han explicado desde Ikerbasque, los tumores no solo están compuestos por células cancerosas, sino que también contienen, entre otras, "células del sistema inmune, células endoteliales que forman los vasos sanguíneos y fibroblastos, que tradicionalmente se han considerado células de soporte". Algunas veces, estas células, que componen el "microambiente tumoral", ayudan a la progresión del tumor. Entender cómo se comunican las distintas poblaciones celulares entre sí, "es clave para poder diseñar estrategias efectivas contra el cáncer", han señalado. Las citoquinas son moléculas que usan generalmente las células del sistema inmune para enviar señales.

Mensajero

El grupo de cáncer de mama del IIS Biodonostia ha encontrado que la citoquina OSM es un mensajero que utilizan las distintas poblaciones del microambiente tumoral para comunicarse con las células cancerosas. "A través de la vía de OSM, se establece una especie de 'menage-à-trois' entre las células cancerosas, los macrófagos del sistema inmune y los fibroblastos asociados al tumor, que favorece la progresión del cáncer de mama y la metástasis", explica Caffarel. El primer paso fue bloquear la vía de OSM y su receptor en modelos animales de cáncer de mama.

"Observamos que cuando esta vía estaba silenciada, los tumores de mama crecían menos, eran menos agresivos y se reducía de forma muy significativa el número de ratones con metástasis en pulmón", apunta Ángela Araujo, primera firmante del estudio, y añade que "cuando bloqueábamos esta vía solo en el microambiente tumoral, y no en las células cancerosas, veíamos el mismo efecto, lo que nos confirmó que el microambiente era muy importante en la señalización por OSM".

De acuerdo con los resultados de la investigación, firmada por las investigadoras Ángela Araujo y Andrea Abaurrea como primeras autoras, los tumores con niveles altos de OSM se asocian a un peor pronóstico en las pacientes que los poseían, "abriendo una nueva vía posible de tratamiento que vale la pena explorar". "De hecho, ya existen ensayos clínicos para otras patologías que están investigando el uso de anticuerpos bloqueadores de OSM y su receptor OSMR. Nuestro estudio apoya que estos anticuerpos se puedan evaluar en ensayos clínicos de cáncer de mama", concluye Andrea Abaurrea.

Este trabajo ha sido fruto de la colaboración de grupos de investigación básica y clínica de centros nacionales (IIS Biodonostia y Fundación Ikerbasque, IBBTEC, CICbioGUNE, Universidad Complutense y CIBERONC) e internacionales (Hospital Universitario de Basilea, Suiza; Universidad Tecnológica de Sidney, Australia; Universidad de Cambridge e Institute of Cancer Research, Reino Unido).