Juan Manuel Fernández, al que todo el mundo conoce como Mané, ha hecho una proeza. Este minero prejubilado de Utrillas, Aragón, de 56 años, ha ido en coche a la frontera de Polonia con Ucrania y ha recogido allí a cinco mujeres que huían de la guerra: una sobrina y su amiga, así como una mujer embarazada que iba con su madre y una hija.

"Ha sido un viaje relámpago, en tres días he recorrido 7.000 kilómetros entre ida y vuelta", explicó ayer Mané, que ya hace planes para volver de nuevo a la frontera polaca «a buscar a más refugiados».

"Pero ahora volveré con un vehículo de nueve plazas que me va a facilitar el Ayuntamiento de Utrillas", precisó. El viaje que acaba de completar (salió el pasado domingo por la tarde y el miércoles ya estaba de vuelta en casa) lo ha realizado en un coche de siete plazas, el que le proporcionó la asociación de ucranianos de Zaragoza.

"Estoy casado con una ucraniana y la idea de ir a ese país en guerra salió de mí, pues mi mujer tiene allí a una sobrina, en la ciudad de Jersón, que acaba de caer en poder de los rusos y está minada para que nadie escape", indicó Mané. Para no ir de vacío, aprovechó el viaje para cargar el vehículo hasta los topes de comida, zumos y botellas de agua.

El exminero fue solo en el viaje de ida y sólo paró una hora para dormir, relató. Su idea inicial era recoger a su sobrina y a una amiga de esta, pero una vez en el límite entre Polonia y Ucrania se ofreció a traer a más personas. "Lo que pasa es que los refugiados desconfían, tienen miedo a salir de allí porque hay mafias que, por mil euros, te llevan a un país de la Comunidad Europea, y ya ha habido alguna estafa", añadió.

Mané, de Utrillas, fue a buscar refugiados a Ucrania.

"Vi gente muy asustada"

Por eso, al no tener éxito sus esfuerzos, dio media vuelta con las dos jóvenes. Pero cuando estaba a la altura de Cracovia, a unos 350 kilómetros del punto de salida, recibió una llamada de su mujer, Vitalina, que le pidió que volviera a la frontera para recoger a una mujer embarazada, además de a una hija de esta y a su madre.

Mané está todavía impresionado por lo que vio en la frontera con Ucrania. "Había gente muy asustada y también oenegés y personas de todas partes que se desvivían por ayudar", dijo.

Él mismo se ha tenido que gastar 1.700 euros de su bolsillo en este viaje que acaba de terminar, es en cierto modo una organización humanitaria unipersonal. "Las mujeres que traje estaban muy asustadas y no querían comer, quizá porque no llevaban dinero, de forma que yo asumí los gastos, pero no me importa", manifestó.

Las ucranianas, una vez en Zaragoza, se repartieron entre la capital aragonesa, donde la asociación de ucranianos de Aragón facilitó un piso a la mujer embarazada, su madre y su hija, y Utrillas, cuyo ayuntamiento ha acondicionado un piso para la sobrina y su amiga, de 20 y 19 años.

Zaragoza suena

De vuelta en casa, Mané ya hace planes para regresar en busca de más refugiados. "El Ayuntamiento de Utrillas está preparando ya un vehículo de nueve plazas", contó el minero prejubilado.

"Al principio muchos eran reacios a montar en el coche, pero a medida que mi mujer ha ido contando que he ido a buscar a refugiados allá, ha empezado a recibir montones de llamadas de personas que quieren venirse a España", manifestó.

Además, continuó, el nombre de Zaragoza suena en Ucrania. Un número elevado de sus habitantes tiene algún tipo de vínculo con Aragón a través de parientes y amigos que trabajan en la capital de la comunidad o en los pueblos», comentó Mané.

Por eso piensa que todavía hay mucho que hacer por quienes huyen de aquel país en guerra. "Claro que no todos se quieren ir de allí", advirtió. "Hay muchos que te dice que no se van porque sus padres, sus esposos o sus hermanos están luchando contra los rusos y no los pueden abandonar".

Utrillas facilitará tres viviendas para acoger refugiados

La valentía de Mané ha contagiado a todo Utrillas. El alcalde, Joaquín Moreno, cuenta orgulloso que todo el pueblo está recogiendo material para poder enviarlo a Ucrania. "Mañana tenemos un pleno extraordinario en el que vamos a aprobar disponer tres viviendas del ayuntamiento para acoger refugiados", explica. Además, el consistorio va a reservar 6.000 euros para poder atender todas las necesidades de las personas que lleguen al municipio. Servirán para pagar la luz, la calefacción y la alimentación de los refugiados ucranianos. Durante el viaje de su vecino Mané, Moreno cuenta que se llamaban cada 8 horas para comprobar que todo iba bien. Trabajan en coordinación con la Asociación Ucraniana de Residentes en Aragón (AURA). "Tenemos ya un montón de cajas para enviar. Las mandamos todas a un almacén logístico en Cuarte y de allí en bus a Polonia", cuenta el regidor. En sus planes entra fletar un bus para enviar alimentos y medicinas y traer a todos los refugiados que puedan.