"Johnny Guitar", uno de los más atípicos westerns (de hecho es al mismo tiempo una pura y angustiosa historia de amor y un melodrama en toda regla). Dirigido por Nicholas Ray en 1954, fue rodado en rutilante Trucolor, precedente del Eastmancolor, que envolvía la realidad en una onírica pátina que aportaba a la trama una sugerente cualidad. Fue, además, rodado en estudio por deseo expreso de Joan Crawford, con la intención de aparecer lo más atractiva posible. 

Sterling Hayden, siempre perseguido por las insidiosas listas macarthistas de la caza de brujas por su ideología izquierdista, era un antiguo pistolero que había trocado el revólver por la guitarra. Y Joan Crawford la dueña del local en el que iba a tocar. Y entre ambos, una vieja historia de amor, tan irreversible y dolorosa como el tiempo. Dio lugar a uno de los diálogos entre dos antiguos amantes más tristes de la historia del cine:

JOHNNY: ¿A cuántos hombres has olvidado?

VIENNA: A tantos como tú mujeres.

JOHNNY: ¡No te vayas!

VIENNA: No me he movido.

JOHNNY: Dime algo bonito.

VIENNA: Claro. ¿Qué quieres que te diga?

JOHNNY: Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años.

VIENNA: Te he esperado todos estos años.

JOHNNY: Dime que habrías muerto si yo no hubiera vuelto.

VIENNA: Habría muerto si tú no hubieras vuelto.

JOHNNY: Dime que me quieres todavía, como yo te quiero.

VIENNA: Te quiero todavía, como tú me quieres.

JOHNNY: Gracias. Muchas gracias.