Abril es un mes prolífico en fenómenos astronómicos deslumbrantes, pero entre todos ellos la palma se la lleva la llamada ‘Superluna rosa’. Los fanáticos de este tipo de espectáculos celestiales tienen una cita con ella este 27 de abril porque, esta misma noche, el satélite de la Tierra estará en su fase de Luna llena y, además, en su perigeo, como sucedió el pasado 29 de marzo. La Luna sale a las 21.22.

Esa coincidencia determina un curioso fenómeno, ya que es el momento exacto en el que la Tierra y la Luna se encuentran geocéntricamente más cerca. Es decir, a 357.378 kilómetros. El destello de la Luna será hasta un 15% mayor, mientras que su tamaño crecerá un 7%.

¿Pero por qué recibe el apelativo de ‘rosa’ esa Luna descomunal? La explicación se encuentra en una planta silvestre de Estados Unidos y Canadá llamada Phlox y en el momento de su florecimiento. Este tipo de vegetación se viste de ese color rosa justo ahora, en el mes de abril. Por esta razón, las culturas antiguas asociaron este fenómeno con el florecer de esta planta y la llamaron ‘Superluna rosa’.

Lluvia de estrellas

Como aperitivo de este suculento plato astronómico, llegó a mediados de abril la lluvia de estrellas Líridas, que serán visibles desde el hemisferio norte entre los días 16 y 25. Desde el sur también se pudieron contemplar, pero bastante menos. Se trata de una lluvia de estrellas considerada 'modesta' porque su tasa media de actividad suele ser de 18 meteoros por hora a velocidades de 49 kilómetros por segundo durante esas jornadas.

Esa tasa de actividad se puede incrementar algunos años hasta los 100 meteoros por hora, pero resulta sumamente complicado predecir con exactitud en qué años ocurrirá. Lo que sí se puede adelantar es que este abril del 2021 no será bueno del todo a la hora de observar esta lluvia de estrellas, ya que su momento de máxima actividad será un día después de que la Luna haya alcanzado su fase de cuarto creciente.

Las Líricas alcanzarán su punto culminante alrededor del 21 y 22 de abril.  Como sucede con otras lluvias estelares, lo que vemos son fragmentos del cometa C/1861 G1 (Thatcher) de largo período que orbita alrededor del sol una vez cada 415 años. Cuando la Tierra atraviesa un anillo poblado de estos trozos de cometa, estos entran en nuestra atmósfera y se calcinan por la fricción del aire, creando así el resplandor luminoso que conocemos como estrella fugaz.