Ni el coronavirus ni las restricciones de movilidad impuestas para frenar la pandemia han amedrentado a Abderramán III, el Cid Campeador, Cristóbal Colón o Lope de Vega en su apuesta decidida por protagonizar desde el pasado 27 de marzo y hasta noviembre las nuevas funciones artísticas de Puy du Fou en Toledo. El espectáculo debe continuar.

Acomodado en un as-kar andalusí de verdes, doradas y ostentosas tiendas de campaña, el califa omeya de Córdoba Abderramán III y su séquito disfrutan de una tregua tras el enfrentamiento con las tropas cristianas que le disputan el dominio de las ricas tierras del Duero.

La batalla ha sido cruenta en una calurosa Simancas del año 939, reproducida ahora en el parque de entretenimiento construido en 2019 por la empresa francesa Puy du Fou en pleno secarral toledano. Las armas han dado paso a un centenar de majestuosas aves que libran la refriega en una gesta pacífica comandadas por el califa musulmán y el asturiano conde de Castilla, Fernán González.

‘Cetrería de Reyes’ es uno de los cuatro nuevos espectáculos de la marca gala para remover el interés por la historia de los visitantes a través de la representación de las gestas, hazañas y héroes que enaltecen las crónicas de España.

“No tenemos ningún afán de adoctrinamiento”, subraya Erwan de la Villeon, consejero delegado de Puy du Fou y guionista de todos los espectáculos del parque toledano que glosan las guerras entre musulmanes y cristianos, la vida del Cid, el descubrimiento de América y el grandioso siglo de Oro español.

‘El sueño de Toledo’, estrenado en 2019, mantiene sus funciones nocturnas al aire libre de jueves a viernes para ensalzar durante más de 90 minutos una historia que comienza con los visigodos y concluye con la llegada del ferrocarril a España sin renunciar a una tímida incursión en la Guerra Civil.

Puy du Fou se ha adaptado a las medidas sanitarias anti-covid y ha ampliado la grada de ‘El sueño de Toledo’ para acomodar a cinco mil espectadores frente al enorme escenario por el que desfilan Recaredo, Almanzor, Alfonso X ‘El Sabio’, Isabel ‘La Católica’, Cristóbal Colón, Miguel de Cervantes, El Greco, Carlos V, María de Pacheco y, cómo no, Napoleón.

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‘Cetrería de Reyes’ es uno de los cuatro nuevos espectáculos de Puy du Fou en Toledo

"Copiamos la vida de los pájaros en la naturaleza"

A primera hora de la mañana y a última de la tarde, cuando el calor ya no aprieta, las aves de Yannis You surcan el limpio cielo manchego en busca de la comida que les ofrecen los cetreros ‘medievales’ en un gigante escenario al aire libre. “Tenemos 200 pájaros de unas 25 especies diferentes”, presume You al hablar de las aves ratoneras, las lechuzas comunes, los milanos negros, las cigüeñas, los halcones, las grullas los buitres leonados, los buitres reales y los cárabos que viven en Puy du Fou junto a rapaces de fuera de España como el secretario, el marabú el caracara y el águila de cabeza blanca, símbolo de Estados Unidos.

You y su equipo cuidan con mimo también a dos parejas destinadas a la cría del buitre negro y al alimoche para reintroducirlas en el país.

“Copiamos la vida de los pájaros en la naturaleza: buscan la comida en el espectáculo y el resto del día viven cómodamente en este inmenso territorio de 30 hectáreas”, explica junto a su grupo de cetreros formado por seis chicas y siete chicos, la mayoría españoles, que se han sumado al proyecto Puy du Fou.

Elies Claramonte, castellonés de 31 años, posa con una de las aves del espectáculo 'Cetrería de Reyes' Puy du Fou

“Formar parte de este espectáculo es un sueño”, celebra el grancanario Julen Bara, de 31 años, al finalizar uno de los ensayos de ‘Cetrería de Reyes’. Bara ha cambiado el control de la fauna de los aeropuertos de Barajas y Lanzarote por este proyecto teatral en el que también actúa confiado Elies Claramonte, un castellonés de la misma edad. “Queremos que la gente que venga aprenda a amar a las aves”, proclama Claramonte junto a una cigüeña.

Las representaciones de ‘Cetrería de reyes’, una media de cinco veces al día, aprovecharán las horas más frescas para atender el bienestar de las aves, insiste De la Villeon de camino a la Puebla Real, cerca de donde se levanta el imponente Castillo de Vivar.

Un recorrido por la Historia

Los actores de ‘El último cantar’, obra dedicada al Cid Campeador, deambulan alrededor de un escenario circular en el que se alternan diferentes escenarios que más de 2.000 espectadores pueden observar desde una platea que gira 360 grados. “Es un honor interpretar a Rodrigo Díaz de Vivar”, presume el catalán Adriá Triviño, un actor de 26 años curtido en series de Netflix como ‘Altamar’ y en otras de streaming como ‘Las leyes de la termodinámica’ o ‘La trilogía del Baztan’.

El catalán Adriá Triviño, en la piel del Cid Puy du Fou

En los extramuros de la Puebla Real está el Arrabal, repleto de puestos y tabernas para los visitantes, que compiten con los mesones, tiendas de artesanos y hospederías que salpican tematizadas los kilómetros de senderos de este insólito parque de entretenimiento donde de repente uno puede darse de bruces con el ‘Monasterio de la Rábida’.

Aquí comienza ‘Allende los mares’. Es en este lugar onubense donde Cristóbal Colón halló la ayuda de un monje franciscano para convencer a Isabel ‘La Católica’ de que le apoyara en su viaje a ‘Las Indias’. La fantástica reproducción de este espectáculo de inmersión está firmada por la escenógrafa Pilar Revuelta, ganadora de un Óscar por su trabajo en ‘El laberinto del fauno’.

El visitante entra el monasterio, ve a escasos dos metros de distancia en La Alhambra a la Reina y al almirante, recorre el bullicioso puerto de Palos de la Frontera, conoce a los hermanos Pinzones y se embarca en un viaje lleno de penurias que concluye en el Caribe de San Salvador, hoy República Dominicana, cuando el marinero Rodrigo de Triana grita: ¡Tierra a la vista!, tras tres meses infernales en el océano Atlántico.

Mar Alonso, jefa de sastrería, muestra orgullosa el pesadísimo vestido de Isabel ‘La Católica’ y la réplica exacta, aunque menos pesada de la corona real realizada por un orfebre sevillano. “En este espectáculo, hay que cuidar hasta el más mínimo detalle de los trajes porque los espectadores están al lado de ellos”, explica esta mujer que ha vestido a los actores y actrices de ‘El capitán Alatriste’, ‘Águila Roja, ‘Velvet’ o ‘Las chicas del cable’, entre otros.

Mar Alonso, jefa de sastrería, con uno de los vestidos que se lucen en los espectáculos Puy du Fou

A Alonso la requieren ahora en una corrala del siglo XVI. Aquí es donde se representa ‘A pluma y espada’, una comedia al estilo mágico de Puy du Fou donde el protagonista es Lope de Vega y los caballos blancos de raza andaluza que galopan o trotan con elegancia en las funciones guiados por jinetes o amazonas como Ana Gutiérrez, una gaditana de 26 años que vive extasiada su propio ‘sueño de toledo’.

Un francés reconvertido en toledano

“Lope de Vega es uno de mis personajes favoritos”, reconoce Erwan de Villeon, “porque manejaba tan bien la pluma como la espada”, añade mientras observa los ensayos de esta obra que comienza con una alusión a ‘Fuenteovejuna’ y por la que pasa, como no podía ser de otra forma, Cervantes, en uno de los múltiples giros del guion y cambio de escenario de esta función.

“Nuestros espectáculos son mucho mejores que los de Francia”, proclama este francés reconvertido en toledano, al rememorar el parque del Loira que desde hace 40 años glosa las gestas galas, premiado en dos ocasiones como ‘mejor parque del mundo’.

Imagen de uno de los espectáculos de Puy du Fou.

Sus personajes favoritos: Álvaro de Bazán, “el primer gran europeísta”, Lope de Vega, Isabel ‘La Católica’, María de Pacheco y Fernando III ‘El Santo’, “la versión exitosa de San Luis de Francia”, espeta.

La figura que más detesta es su compatriota el general Dupont, “por haber arrasado en dos ocasiones Toledo”, lamenta.

De María de Pacheco ensalza su valentía al dejarle claro a Carlos V que quienes querían reinar en Castilla tenían que ser castellanos. “Es mi inspiración y puedo asegurar que, aunque soy francés se más de la historia de España que de la de mi país”, asegura de camino al punto de partida y cerca de los espacios donde Puy du Fou cría a la vista de los visitantes bueyes, ovejas, mulas, asnos, burros y cabras. Hasta una zona de recreo a la sombra han habilitado para que los ciudadanos puedan llevar su propia comida en este paraje yermo en el que ya han plantado más de 6.000 plantas y un millar de olivos.

 "Si el espectáculo de ‘El sueño de Toledo’ fue un absoluto éxito de público en 2019 me puedo imaginar lo que supondrán las nuevas funciones para la economía de esta región”, anticipa Adolfo Muñoz, el chef toledano gurú de la comida saludable, Premio Nacional de Hostelería en 2013 y firme embajador de Puy du Fou, mientas idea nuevas recetas vinculadas a las gestas españolas que mariden a la perfección con los preciados vinos manchegos.

Los visitantes puedan llevar su propia comida en este paraje yermo en el que ya han plantado más de 6.000 plantas y un millar de olivos. Puy du Fou

Encantados con el parque de entretenimiento están también los hoteleros de la ciudad de las tres culturas a pesar de tener sus negocios cerrados por culpa de la pandemia. Los hoteles de la capital manchega registraron lleno total durante las noches de 2019 en las que se representó ‘El sueño de Toledo’.

“Esto pasará y volverán a venir visitantes de fuera de la comunidad autónoma”, vaticina el empresario Diego Ortega en uno de sus hoteles, el Eugenia de Montijo, cerrado ahora a cal y canto custodiando los recuerdos de aquella granadina que se convirtió en emperatriz precisamente de los franceses tras su boda con Napoleón III. La emperatriz, la primera ‘influencer’ de la historia, según Ortega, pasaba largas temporadas en este edificio huyendo de la cursilería de la corte parisina. "Organizaremos desde aquí paquetes especiales para poder asistir al espectáculo", concluye Ortega.

Puy du Fou se ha adaptado a las medidas sanitarias anti-covid.