Algunos padres saben algo, han oído campanas, pero otros no tienen ni idea: ¿Qué es eso de Tik Tok y qué hace mi hijo ahí?

La necesidad de información y orientación ante una de las redes sociales más populares hoy día entre los jóvenes (y no tan jóvenes) se hace patente cuando se ven las cifras de inscritos en las últimas charlas sobre el tema organizadas por Port UIB, el Programa d'Orientació i Transició a la Universitat: el pasado 27 de octubre 300 personas asistieron a la charla (online) y para la próxima fecha, el día 19, ya son más de 270 los apuntados.

La imparten Carmen Borrás, profesora de la facultad de Psicología; Joana Llobea, directora del Aglaia, centro de Psicología; y Juan Cantero, del mismo centro.

«Algunos la conocen muy bien, saben los límites y controles que existen, pero otros no saben nada de nada y te preguntan si es normal de que un niño de 6 años quiera instalarse este red social», explica Cantero: «Sí, 6 años, hablamos de edades muy cortas».

La primera recomendación que hace el psicólogo a los progenitores es que controlen qué hacen sus hijos en Tik Tok, a través de apps como Kaspersky Safekids o Qustodio, que permiten regular el tiempo de uso, ver qué tipo de contenido cuelgan y ver quién conecta e interactúa con ellos.

Hay riesgo de que queden expuestos al ciberacoso, que se animen a seguir retos virales peligrosos o de que empiecen a colgar contenido (vídeos y bailes) de carácter sexual: «Es un tipo de conducta que se ve por Tik Tok y se corre el riesgo de que las niñas más jóvenes normalicen esas poses y conductas».

Otras consecuencias indeseadas del uso de Tik Tok pueden ser los problemas de autoestima: «A esas edades la autoestima aún esta formándose y ellos pueden llegar a valorar muchísimo que su círculo le dé like o no al contenido que no han subido», razona el psicólogo: «Hemos visto casos de depresión o baja autoestima por tener pocos likes».

Otro efecto en el que puede derivar el uso de esta red social sin control es que los chavales acaben desarrollando una adicción. No es tan difícil que eso pase en un momento como el actual en el que los niños, indica Cantero, «no saben aburrirse y requieren estímulos constantes».

¿Cuáles son los indicadores de que el menor ha pasado ya la frontera y hay que acudir a un profesional? Cuando cae su rendimiento académico y en actividades extraescolares como el deporte; se muestran irascibles; cambian sus conductas de higiene y no duermen tanto para poder estar conectados; prefieren estar en la red social que ir con sus amigos...

Y, lo que más preguntan los progenitores: ¿Cómo evitar todo esto? Cantero les insta a hacer «un gran trabajo en valores» con ellos y hacerles ver que no todo es internet: «Proponerles alternativas». E, importante también, dar ejemplo de un uso racional con el móvil.

Si los chavales reclaman usar Tik Tok alegando que es su manera de contactar con sus amigos (algo que se ha oído en muchos hogares durante el confinamiento), replicarles que colgar un contenido no es interactuar con nadie, que si quieren hablar y estar en contacto con sus colegas les escriban, les llamen o hagan una videollamada. Por último, el psicólogo recomienda a las familias pactar las condiciones de uso y acceso a las redes sociales en un contrato que implique compromisos, recompensas y penalizaciones.