Las nuevas etiquetas energéticas se van a implantar con el objetivo de que los consumidores puedan conocer más datos sobre la eficiencia de sus electrodomésticos. Además, incorporarán un código QR que proporcionará más información al usuario sobre su producto, y nuevos pictogramas para interpretar la información. En las nuevas etiquetas vendrán reflejadas características como los litros de agua utilizados en un ciclo de lavado, o el ruido que hace el dispositivo. A continuación desgranamos paso a paso todas sus novedades.

¿Qué cambios traen consigo las nuevas etiquetas energéticas?

Con el nuevo Reglamento 2017/1369 se deroga la directiva europea que entró en vigor en 2010, y que incluía una escala que variaba de A a G según fuese más o menos eficiente el aparato. Cuando la eficiencia de los electrodomésticos mejoró, se incluyeron nuevas nomenclaturas, que hoy conocemos como A+, A++ y A+++.

Pero el nuevo reglamento trae consigo nuevas etiquetas, que deberán poder verse en los comercios a partir de 2021. La nueva clasificación también escala de la A a la G, pero la categoría A quedará vacía, para los futuros productos que puedan ir saliendo y que resulten más eficientes. La aplicación de este reglamento comenzará en noviembre de 2021, debiendo estar en pleno funcionamiento en enero de 2022. No obstante, para septiembre de 2021 deberíamos comenzar a ver las nuevas etiquetas, también en bombillas y lámparas.

Otro importante cambio que podremos percibir en la práctica es que los productos que se clasificaban como muy eficientes, A+++, ahora se reescalarán y pasarán a ser de clase B. La razón es, tal y como mencionamos, que el nuevo reglamento dejará libre la letra A como posible espacio de mejora.

¿Cuáles son los objetivos de las nuevas etiquetas energéticas?

Uno de los objetivos clave de las nuevas etiquetas es el impulso a la innovación tecnológica. Se pretende así que tanto consumidor como fabricante se sientan estimulados, de modo que aparezcan nuevos productos con mejoras en su eficiencia energética y los usuarios apuesten por ellos.

La Unión Europea ha querido crear un nuevo sistema que sea menos confuso y aporte más datos al consumidor. Además, el vaciado de la letra A incentivará a los fabricantes a querer ir más allá y ser los primeros en rellenar ese hueco, solo merecido por futuros electrodomésticos que sean excepcionalmente eficientes.

Ahorro para el consumidor

El consumidor se verá beneficiado con un ahorro a largo plazo gracias a los nuevos productos, más eficientes. Si calculamos el consumo, tanto de agua como de energía, a lo largo de diez años, el ahorro podrá llegar a ser hasta de 600 € en los frigoríficos o de 500 € en las lavadoras, así como de hasta 300 € en aparatos electrónicos como los televisores.

El proyecto europeo se llama Boost Energy Label Take Up (BELT), y su desarrollo comenzará en los próximos meses. No obstante, lo más importante se observará a largo plazo, comprobando cómo funciona está clasificación y cuál es la reacción del público general en materia de ahorro y de mejora en las emisiones nocivas. Las nuevas etiquetas energéticas pretenden, así, contribuir al Marco Europeo de Energía y Clima para el año 2030. Y es que, de acuerdo con la información que el propio proyecto aporta en su desarrollo, se prevé que el consumo se reduzca a 38 TW al año. Además, supondrá un importante impulso del desarrollo tecnológico y de los proyectos innovadores por parte de la industria privada.