Todo momento de crisis conlleva una importante dosis de creatividad para salir adelante exitosamente. Los problemas se resuelven optando por alternativas que quizá nunca antes se tuvieran presentes; esto se aplica a nivel personal, pero también sirve para explicar el proceso de transformación que vive una sociedad tras un problema conjunto de gran gravedad. Es el caso de la crisis provocada por la pandemia global de la COVID-19, a la cual se hará frente con una alta dosis de creatividad en la elección de soluciones, tanto a nivel económico como social.

Dos de las principales propuestas para hacer frente a la mayor crisis de este siglo son la economía verde y digital, y así lo ha dejado claro el presidente del gobierno español en la presentación de su Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Esta última palabra, tan de moda últimamente, lo resume a la perfección: es la capacidad para adaptarse de forma positiva a un cambio negativo y adverso. Un concepto que hace referencia a un proceso cultural y comunitario, más allá del nivel personal.

Verde y digital

La economía verde, también llamada economía ecológica, hace referencia a la gestión sostenible de la producción a gran escala, teniendo en cuenta no solo el beneficio económico, sino diversas variables sociales y medioambientales. Es la perfecta apuesta por un futuro sostenible que pasa por la transformación del concepto tradicional de mercado económico, teniendo en cuenta aspectos de gran importancia social.

Un cambio de modelo para el cual se destinará el 37 % de los recursos del fondo de recuperación europeo que sufraga el plan gubernamental, de un total de hasta 140.000 millones de euros. El fomento de la movilidad eléctrica a través de la instalación de puntos de recarga, o la conversión de viviendas en inmuebles eficientes, son algunas de las apuestas con las que se pretende salir de la crisis a través de acciones que fomenten la economía verde.

Por su parte, la transformación digital es un proceso que ya ha comenzado y que se pretende extender a todos los niveles, tanto personales como sociales y empresariales. Su avance implica mejoras en la productividad y eficiencia de personas y negocios. A este cometido se destinará un 33 % de los citados fondos, divididos en acciones que incluyen la formación en competencias digitales de la población española (hasta alcanzar un 80 % de la sociedad) y la implantación de las redes 5G para la consecución del acceso a Internet de banda ancha en un 75 % del territorio.

Salir de la crisis

Tanto la economía verde como la transformación digital son necesarias para afrontar un futuro sostenible y duradero. Ambas alternativas generan también oportunidades de negocio, que son la base sobre la que se asentará la salida de la crisis. Y es que la recuperación económica de la situación negativa creada por la COVID-19 pasa por rescatar las políticas medioambientales que ya estaban sobre la mesa, pero no con la presencia que merecían. Ahora todos los actores políticos, económicos y sociales parecen estar de acuerdo en que es el momento de llevar a cabo una transformación de fondo.

Además, ambas alternativas están estrechamente ligadas. Para que una empresa pueda encauzar su futuro empresarial hacia la sostenibilidad medioambiental es necesario que posea conocimientos técnicos. Y hoy en día estos pasan indiscutiblemente por el uso de las nuevas tecnologías. La economía verde y la transformación digital son, de ese modo, un todo inseparable en los tiempos actuales.

La salida de la crisis está planteada, en suma, como el paso de una economía lineal a otra circular, de manera que la industria sea sostenible en el tiempo. En ese sentido, la economía lineal respondía al modelo tradicional de industria, en el que se adquiría un producto, se usaba y se eliminaba. Sin embargo, la economía circular se basa en el principio de la reutilización, de forma que se evita la extracción de nuevas materias primas siempre que se pueda dar un nuevo uso a las ya existentes.

En cuanto a la transformación digital, cualquier empresa que quiera continuar siendo competitiva tiene una cita ineludible con la digitalización de todos los procesos posibles. En un mundo en el que los datos tienen más importancia que nunca, la gestión correcta de los mismos pasa por modernizar la empresa en materia de big data y analítica predictiva. Esto supondrá una mejora cualitativa de todos los procesos industriales, así como una mayor eficiencia.

En definitiva, y pese a que la tecnología nunca va a sustituir a las personas, sí que va a jugar un papel crucial en esta nueva normalidad. Una época post COVID-19 en la que nos ha tocado vivir con la incertidumbre llamando a nuestra puerta. Pero salir adelante es posible aplicando creatividad a las nuevas soluciones: se trata de hacer una apuesta en firme por un planeta sostenible y un mundo interconectado gracias a la economía verde y digital.