El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha documentado más de 600 incidentes de violencia, acoso o estigmatización contra el personal sanitario, los pacientes y las infraestructuras médicas relaciadas con la COVID-19 en los seis primeros meses de la pandemia.

En concreto, el organismo ha documentado 611 incidentes en 40 países, más del 20 por ciento de los cuales implicaron agresiones físicas, mientras que el 15 por ciento fueron incidentes relacionados con discriminación por miedo y otro 15 por ciento fueron agresiones verbales o amenazas. No obstante, el CICR ha advertido de que el dato "son solo los incidentes conocidos" pero "la cifra real es probablemente muy superior".

El responsable de la iniciativa 'Atención sanitaria en peligro' del CICR, Maciej Polkowski, ha denunciado que los trabajadores sanitarios están en el punto de mira en esta crisis "en un momento en el que son más necesarios".

"Esta atmósfera de miedo, a la que a menudo se suma una falta de material de protección personal adecuado, supone un estrés adicional para su salud mental y física y la de sus familias", ha subrayado.

Polkowski ha recalcado que "estos ataques tienen un efecto devastador en el acceso y la provisión de atención sanitaria cuando muchos sistemas de salud están superados".

Según el CICR, cuando los incidentes han sido obra de miembros de la comunidad, en general el miedo a la propagación del virus ha desempeñado un papel significativo. En los casos en los que han sido los propios pacientes o sus familiares quienes han estado detrás, el motivo principal ha sido el temor a la muerte o el malestar por el fallecimiento de un familiar.

Ante esta situación, el organismo internacional ha pedido a los gobiernos y las comunidades que atajen la desinformación que fomenta este tipo de sucesos y garanticen que todos los profesionales sanitarios tienen un entorno de trabajo seguro.

En este sentido, el CICR ha incidido en que los incidentes violentos contra la atención sanitaria "no son inevitables" sino que se pueden adoptar "medidas concretas" para evitarlos.

"El miedo a contraer la enfermedad y la falta de conocimientos básicos respecto a la COVID-19 a menudo es uno de los motivos subyacentes de los actos violentos contra el personal sanitario y los pacientes", ha resaltado la jefa de salud del CICR, Esperanza Martínez.

"Para proteger al personal, las instalaciones médicas y a los pacientes de la violencia es de la máxima importancia que se difunda información precisa respecto al origen y el modo de transmisión y la prevención de la COVID-19", ha defendido, incidiendo en que tanto los trabajadores de la salud como los pacientes "no deben ser estigmatizados o acusados de la presencia o propagación del virus".

"Necesitamos fortalecer nuestro sentido colectivo de humanidad si queremos superar esta pandemia", ha advertido Martínez tras la publicación por el CICR de los incidentes registrados entre el 1 de febrero y el 31 de julio con motivo de la celebración el 19 de agosto del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.