Casi siete de cada diez personas -el 68,4 %- que acuden a los centros de mayores sienten soledad, aunque en distintos grados: el 53,7 % moderada, el 10,3 % grave y el 4,5 % muy grave, pero al mismo tiempo manifiestan que están satisfechas con su vida y que la viven con sentido.

Son datos del estudio de la Fundación 'la Caixa' "La soledad en las personas mayores: prevalencia, características y estrategias de afrontamiento", que muestra esa elevada tasa entre los usuarios de los centros de mayores, que afecta a hombres y mujeres de forma similar, aunque con características diferenciadas: la soledad emocional es mayor en mujeres, mientras la soledad social es superior en hombres.

El objetivo del informe, realizado con encuestas a 14.832 personas que asisten a más de 600 centros de mayores de la fundación, es conocer la prevalencia y las características de la soledad de esos usuarios y profundizar en las estrategias que desarrollan las personas para afrontarla, además de mejorar las intervenciones de prevención y abordaje de estas situaciones.

El estudio determina que la soledad social (falta de conexión social y relaciones de apoyo) es ligeramente mayor que la emocional (sentimientos de abandono, vacío y ausencia de personas queridas). Sin embargo, esta última aumenta a medida que la persona se va haciendo mayor.

Aunque esta situación de aislamiento afecta a hombres y mujeres en la misma proporción, la manera de experimentarla y vivirla tiene algunos matices. Por un lado, la soledad de los hombres se caracteriza por un déficit relacional focalizado en la ausencia de personas con las que relacionarse y especialmente en una falta de relaciones de confianza.

En cambio, en las mujeres, a estos aspectos se añaden sentimientos de vacío y abandono, como matices de una soledad más compleja.

La investigación, coordinada por Javier Yanguas, director científico del programa de Personas Mayores de la Fundación "la Caixa", pone de relieve la importancia de los recursos personales para reducir el sufrimiento que genera esta situación y destaca la necesidad de una visión más positiva y proactiva.

Así, ante la crisis de la covid-19, y con datos derivados de una investigación complementaria, son las personas más positivas las que han "resistido" mejor durante el confinamiento.

Las personas casadas son las que menos soledad refieren en el estudio, mientras que las personas viudas son las que más la acusan, con una diferencia en torno al 10 %.

Y cuanto menor es el nivel educativo, ésta es mayor en el aspecto emocional, según el estudio.

El informe destaca también que la mayor parte de las personas que asisten a los centros de mayores (alrededor del 65 %) manifiestan estar satisfechas con su vida y que la viven con sentido y significado.

"Existe una alta correlación inversa entre la satisfacción vital y una vida con sentido y significado y la soledad, de tal manera que incidir en el desarrollo personal en la vejez puede mejorar la vivencia de la soledad", concreta la investigación.

Para la directora del programa de Personas Mayores de la Fundación "la Caixa", Cristina Segura, la situación actual ha puesto de manifiesto "hasta qué punto la soledad es una realidad extendida y compleja, que nos interpela a todos como sociedad" y de ahí la dedicación de grandes esfuerzos a que los mayores dispongan de las herramientas necesarias para vivir una vida plena, con sentido y significado.

Segura recuerda que los datos recogidos en el estudio son anteriores a la pandemia, que ha venido a agravar el aislamiento social por el confinamiento, y destaca la importancia de los recursos personales para hacer frente al aislamiento y la soledad en cualquier contexto.

El Programa de Personas Mayores de la Fundación ha constatado una mayor resistencia durante el confinamiento de los mayores con visión más positiva y destaca la importancia de empoderar y capacitar a las personas, con el objetivo de reducir las situaciones de soledad.