La metalurgia surgió en la Prehistoria, hace unos 8.000 años, porque el ser humano empezó a extraer metales de las rocas para fabricar adornos, como anillos o collares, y no para crear armas, como siempre se había pensado, según un estudio de la Universidad de Granada.

Este estudio ha sido publicado por la investigadora del departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada Mercedes Murillo Barroso en un nuevo cuaderno de la serie 'Origen. Cuadernos Atapuerca', patrocinado por la Fundación Atapuerca, según ha informado la institución académica.

Los metales, explica la investigadora, están dentro del cuerpo, constituyen gran parte de la corteza terrestre y forman la base de la mayoría de los avances tecnológicos y de los sistemas constructivos actuales.

"Muy pronto los seres humanos descubrieron sus propiedades, primero como pigmentos, después como adornos y enseguida como instrumentos y armas", relata Murillo, quien recuerda que el conocimiento del metal dio origen a buena parte de las divisiones de la Prehistoria: Edad del Cobre, Edad del Bronce o Edad del Hierro.

Hace unos 8.000 años, algunos grupos de Turquía y de Irán mostraron cobre fundido, es decir, que en las primeras aldeas descubrieron que por medio del fuego es posible extraer metales de las rocas.

El análisis de las escorias y elementos metálicos a través de microscopía, rayos X y distintas pruebas de laboratorio permite apreciar el importante valor que tuvo el adorno para el empleo de metales.

Según la investigadora, el oro, la plata, el cobre y el bronce se difundieron por Europa que se estaban conformando.

"Las élites buscaron el comercio de metales para distinguirse y mostrar su estatus y sólo de manera tardía el metal sustituyó a la piedra y las armas de bronce desplazaron a la madera y a las puntas de pedernal", según la autora del estudio, que explica que con el uso del hierro para clavos y arados se impulsó la economía y se desarrollaron las ciudades.

La orfebrería está, por tanto, en el origen de la metalurgia y el adorno precedió con claridad a las armas, concluye.

Para Murillo, la transformación de los minerales responde por tanto a decisiones y conflictos sociales y no a necesidades técnicas o defensivas, "aunque con el paso del tiempo los herreros se convirtieron en personajes muy valorados y con sus productos la violencia y los imperios se extendieron por el mundo".