Tras más de 3.000 años de obligado silencio, forzado por su propia defunción, el sacerdote egipcio Nesyamun ha recuperado su voz. Por primera vez, un equipo internacional de científicos ha logrado reconstruir una copia exacta del aparato vocal de una momia para así recuperar al menos una muestra del sonido que emitía el religioso en sus rituales en el templo de Karnak. Ahora, cumpliendo con el último deseo que se recoge en los jeroglíficos que adornan su sarcófago, esta nueva investigación logra que el religioso "vuelva a hablar después de su muerte" para que al menos pronuncie un fonema (a medio camino entre una 'a' y una 'e') y, a partir de ahí, imaginar cómo podían sonar sus cánticos.

El gruñido de Nesyamun, presentado este mismo jueves en una nueva investigación de la revista 'Science Advances', es la primera voz que se ha logrado rescatar del antiguo Egipto. Para lograrlo se ha tenido que escanear los restos de la momia mediante una tomografía computarizada, crear una copia en tres dimensiones del tracto vocal y diseñar una laringe electrónica que finalmente pudiera emitir el sonido. El equipo multidisciplinario que ha diseñado este estudio, en el que se incluye la perspectiva de ingenieros electrónicos, arqueólogos y médicos, enmarca este logro técnico en la antigua creencia egipcia de que "pronunciar el nombre de los muertos es hacerlos vivir otra vez" y en la última voluntad que el sacerdote dejó escrita en su tumba.

Silencio sepulcral

Este trabajo es el último de muchos en centrar su mirada en la momia de Nesyamun, almacenada y estudiada desde el 1824 en las instalaciones del museo de Leeds, en Reino Unido. Ya puestos, muchos se preguntarán por qué una vez obtenido el sonido no se ha intentado reconstruir el habla de Nesyamun o incluso simular un discurso o un cántico completo. La respuesta es sencilla. "Hacerlo requeriría conocimiento sobre las articulaciones relevantes del tracto vocal, la fonética y los patrones de tiempo de su lenguaje", recalcan los investigadores en el recién publicado estudio. Los responsables de este trabajo, previsores ante las posibles críticas de los oyentes, también se excusan recordando que ni la lengua ni el paladar de Nesyamun están en sus mejores condiciones y que, en fin, lleva tres milenios en silencio sepulcral.

El logro técnico que ahora ha hecho posible que oigamos la voz de Nesyamun podría en un futuro abrir la puerta a reconstruir otras voces perdidas del pasado. Eso sí, los investigadores advierten que para restaurar un sonido hace falta que los tejidos blandos estén perfectamente preservados. Las voces de los esqueletos, por lo tanto, seguirían siendo imposibles de rescatar. Sobre la 'utilidad' de estas herramientas, los expertos defienden que este tipo de reconstrucciones "permitirán a las personas interactuar con el pasado de maneras completamente nuevas e innovadoras". Algún día, por ejemplo, los museos podrían incorporar estas voces para ofrecer una nueva perspectiva sobre los protagonistas de una época pasada.